EN PROFUNDIDAD

La investigación de 'El Albaladejito' sobre el champiñón y otras setas comestibles

Con este proyecto buscan hacer más competitivo y rentable un sector, en el que Castilla-La Mancha, es líder en producción de España

Redacción CMM
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Desde comienzos de año, el centro de investigación agroforestal de El Albaladejito, en Cuenca, cuenta con un nuevo departamento de investigación centrado en el champiñón y otras setas comestibles.

En tan solo unos meses y de la mano de empresas productoras, este laboratorio ha emprendido varías líneas de trabajo que buscan hacer más competitivo y rentable un sector, en el que Castilla-La Mancha, es líder en producción de España.

Una de las líneas en la que más esperanzas hay a corto plazo busca desarrollar complementos nutricionales que mejoren la productividad del compost en el que se cultivan los hongos. Se quiere sustituir la soja por leguminosas ricas en proteínas y, sobre todo, cultivadas en la región. Aún es pronto, pero se empiezan a ver resultados

Con una filosofía parecida, con semillas mediante granos de cereales locales, se indaga también en cómo inocular el micelio en el compost. Algo que también experimentan con micelio líquido

Con estas harinas extraídas de hongos deshidratados se busca dar otra alternativa de mercado a un cultivo que hasta ahora sólo se comercializa fresco o en conserva.

“Los resultados que estamos obteniendo son bastante prometedores”.Jaime Carrasco, investigador principal.

Esta vía de trabajo tiene mucho que ver con la economía circular. El líquido que contienen estas botellas es sustrato agotado sometido a altas temperaturas y presiones.

El potencial fungicida y estimulante se está testeando en semillas de otro cultivo fundamental para Castilla-La Mancha, el ajo.

El Albaladejito cuenta con una larga experiencia en gestión y conservación de recursos fitogenéticos. Su banco de germoplasma atesora más de tres mil quinientas variedades vegetales.

Entre ellas, las colecciones de semillas de lenteja o azafrán más importantes de España. Ese bagaje abre la puerta a nuevas sinergias. Una labor, eminentemente de conservación, pero que a más largo plazo puede diversificar el cultivo.

No es que vayamos a contar con granjas de lactarius o de boletus, especies cuyo cultivo, como la trufa, pasa por microrizar determinados arboles, pero sí por domesticar otros hongos con la vista puesta más allá del sector de alimentación.

Las bases, al menos para los próximos cinco años en los que está asegurada su financiación, están puestas para el I+D de un sector estratégico en la región.

Líneas de investigación que serán complementarias con las emprendidas por el centro de investigación y experimentación del champiñón, el CIES, de Quintanar del Rey.

María José Izquierdo nos ofrece los mejores y más interesantes reportajes "En Profundidad" sobre la actualidad de nuestra región.

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