Camino 6: vinos de La Manchuela, Almansa y Jumilla
23/07/2023 12:30
Duración del video 45m 53sCada vez que nos adentramos por tierras conquenses en busca de los vinos de La Manchuela acabamos catando otras referencias de Almansa, Jumilla o de Vinos de la Tierra. Es como si las aguas del Júcar nos arrastrarán hasta casi su desembocadura. Y es que este río es el culpable de los extraordinarios vinos que cultivas los viticultores en las provincias de Cuenca y Albacete, provincia esta última que cuenta con unos parajes de ensueño gracias a la acción erosionadora del también conocido en la antigüedad con Xúcar.
Aguas que nos llevaron por tierras de Villanueva de la Jara para conocer al joven matrimonio que regenta la bodega/garaje Moratalla. Grandes vinos cultivados y criados a cuatro manos que prometen hacerse un importante hueco en el mercado de los que persiguen experiencias diferentes. Y desde ahí andamos la Vega de Cubas, un paraje de ensueño para hacer enoturismo y relajarnos en un paisaje que no parece castellano-manchego, o comer en Las Mariquillas, un restaurante rural premiado también con un Broche para la Academia de Gastronomía de Castilla La Mancha.
Dejamos al Júcar y su comarca para adentrarnos, una vez más, por la DO Almansa. En esta denominación de origen reina con historia y solvencia Bodegas Piqueras, la primera de Castilla La Mancha en embotellar un vino, allá por 1954. Y en la misma localidad del emblemático castillo también nos citamos con un romántico del vino interregional, Paco Mulero, aunque a nosotros nos interesó, sobre todo, sus elaboraciones con la uva garnacha tintorera y y con la Monastrell, de Almansa y Jumilla, respectivamente.
Ya sólo nos faltaba catar y conocer una última bodega, en esta ocasión acogida como Vinos de la Tierra de Castilla, y para ello nos desplazamos hasta el término municipal de Chinchilla de Montearagón. Aquí nos encontramos con los responsables de la Bodegas Palarea, nombre que nos evoca a un popular general que se enfrentó con éxito a las tropas napoleónicas, incluso conservan su espada como una de las reliquias de la bodega. Es lo que tiene el enoturimo.