Camino 4: Cuenca, entre el Júcar y el Tajo

Los parajes próximos a la Serranía de Cuenca ven nacer los ríos Tajo y Júcar, que a pesar de su proximidad toman caminos opuestos para llegar el primero al Atlántico, mientras que el serrano desemboca en el Mediterráneo valenciano. Seguimos sus respectivos cursos para encontrarnos con la Cultura del Vino en uno de los pueblos donde a la crianza subterránea del vino se le rinde pleitesía desde hace siglos: Albalate de las Nogueras.

Aquí, en este bello pueblo de la Alcarria conquense, recorremos las “Avenidas del vino”. Por un lado, visitamos las Cuevas del Carril, localizamos las emplazadas en La Tercia y avistamos las conocidas como de Las Peñas. Tres líneas diferentes de cuevas del vino que, con la ayuda del alcalde de la localidad, reivindicamos como patrimonio popular que hay que conservar a toda costa, así como los ríos, monumentos naturales con los que nos comprometemos a través de un manifiesto.

Visitamos Priego, cuna del campeón del Tour, Luis Ocaña, y antaño centro alfarero de relevante importancia. Y lo hacemos en bicicleta para destacar sus principales rincones. Con anterioridad, nos citamos en Villalba de la Sierra con el representante de la saga de cocineros Herráiz, al mismo tiempo que recorremos caminos muy poco transitados para grabar una de las obras faraónicas acometidas a principios del siglo pasado: El Sifón de Riofrío, un gran acueducto que aún hoy conduce el agua hasta la central hidroeléctrica del Salto de Villalba.

Finalmente, hacemos parada en la cooperativa Soledad, de Fuente de Pedro Naharro, para conocer a su nuevo enólogo y sus objetivos en esta nueva etapa de una de las bodegas de la DO Uclés que mejor ha hecho sus deberes. Ya en Tarancón, cerramos nuestro camino y visitamos la exposición permanente del pintor local Emiliano Lozano, además de hablar con el autor del libro “Lozano desde la bodega”.