Tercera ola de Covid-19 en Estados Unidos: ¿debería confinarse ya, tras 250.000 muertos?

Mapa coronavirus EEUU

Redacción CMM
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[Foto superior: Casos actuales de Covid-19 en Estados Unidos por cada 100.000 habitantes. Datos del CDC]

Estados Unidos está inmerso en la tercera ola de coronavirus. Ha sufrido la pérdida de más de un cuarto de millón de compatriotas desde que comenzó la pandemia. Ahora, algunos expertos apuntan a la falta de medidas en algunos estados y a la fatiga del coronavirus entre la población, y piden el cierre total. Sin embargo, millones de estadounidenses han viajado estos días para celebrar Acción de Gracias, a pesar de las recomendaciones en contra de las autoridades sanitarias.

La alta incidencia de Covid-19 ha obligado a varios estados a implementar medidas de urgencia para afrontar la pandemia, que se expande por estos territorios como un fuego salvaje. Algunos expertos consideran que se ha llegado tarde para doblegar la curva; otros, como los consultados por CMM, consideran que aún hay tiempo.

“Estamos en un punto de inflexión a nivel nacional”, dice Kumi Smith, profesor de la Universidad de Minesota especializado en epidemiología y Covid-19. “Pero no creo que sea tarde”, añade.

Tercera ola de coronavirus en Estados Unidos. Fuente: CDC.

La primera ola de coronavirus en Estados Unidos llegó en abril, y afectó a las zonas de costa. La segunda, que comenzó en julio, se propagó sin control por el sur del país. Desde noviembre, el país vive sumido en la tercera ola, que se mueve hacia las zonas menos pobladas y rurales del interior, conocidas como el Medio Oeste, que hasta ahora se habían librado del impacto del virus. Dakota del Norte, Wyoming, Dakota del Sur, Minesota, Iowa, Montana, Wisconsin, Nebraska…

"Algunos de los lugares más afectados siguen negándose a poner medida alguna".

Hasta ahora, el virus no había afectado a las zonas rurales del país entre otras cosas porque ha tardado en llegar, explica Smith: Al contrario de lo que se piensa popularmente en el Medio Oeste, esta zona del país no está libre del virus por el simple hecho de que haya más espacios abiertos y porque sus redes sociales sean menos densas que las áreas urbanas. Una vez que el virus llega a esas zonas, crece a un ritmo vertiginoso. Smith dice que tanto ella como otros expertos en salud pública creen que la velocidad de propagación de esta tercera ola depende de una combinación de fatiga de pandemia, el cansancio que produce respeta las medidas anti-Covid, y la llegada del frío.

Total de casos Covid-19 en EE.UU. y número de muertos. Fuente: CDC

La gente tiende a vivir más en interiores cuando el frío se hace más intenso, y en estas zonas los inviernos son duros. Cuando esto ocurre, la gente se junta para socializar en interiores, lo que hace más difícil mantener la distancia social. Esto, combinado con que muchos estadounidenses están ya cansados de la pandemia, provoca una situación perfecta para que el virus se propague.

En cuanto se supo que la tercera ola había llegado a Estados Unidos, gobernadores de todo el país volvieron a preocuparse de las medidas restrictivas que acababan de levantar. Otros, las implementaron por primera vez. Algunos de los lugares más afectados siguen negándose a poner medida alguna.

Dos de los Estados más afectados son Dakota del Sur y Dakota del Norte. Durante gran parte de la pandemia, eran conocidos por su falta de medidas ordenadas desde el Gobierno estatal. El gobernador de Dakota del Norte, por ejemplo, no ordenó el uso de mascarillas hasta el 19 de noviembre y el de Dakota del Sur directamente no ha implementado medida alguna. En general, no hay un mandato federal de obligación de llevar mascarillas, y sólo 37 de los 50 Estados lo han ordenado.

Medidas en otros Estados

Mientras, en California se han ordenado toques de queda en las zonas más afectadas, y en regiones como Minesota, que está en el epicentro de afectación de la pandemia en esta tercera ola, han cerrado negocios tras reabrirlos este verano. Michigan, por su parte, ha suspendido las clases presenciales en todos los institutos y universidades

Los gobernadores han implementado estas nuevas medidas con la intención de doblegar la curva, pero no todos creen que sean suficientemente significativas para conseguirlo. Según Smith y otros expertos, Estados Unidos debería haber cerrado por completo al principio de la pandemia, y lo mejor para el país sería un cierre total ahora.

Estados Unidos tiene más de 11 millones de casos positivos Covid-19 desde el comienzo de la pandemia y más de 250.000 muertes oficiales por coronavirus, según el Centro de Control de Enfermedades, el CDC. Unas cifras que crecen de forma vertiginosa cada día.

Número total de hospitalizaciones en Estados Unidos por Covid-19. Fuente: Covid Tracking Project

Las hospitalizaciones también han crecido de forma abrupta entre octubre y noviembre. Smith considera que es la prueba fehaciente de la tercera ola y de la falta de cumplimiento del público de las medidas de seguridad. “Para nosotros, es duro ver cómo los sanitarios hacen su trabajo pero el público no ayuda evitando el contagio”, asegura.

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