Radar Covid: una aplicación para combatir la pandemia sin renunciar a la privacidad

Aplicación para el móvil ‘Radar COVID’, destinada a evitar a la propagación del COVID-19

Susana Palomo Gómez
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Las nuevas tecnologías (las aplicaciones de rastreo, internet, las redes sociales, encuestas geolocalizadas o la ingeniería y recolección masiva de datos) han demostrado su eficacia para combatir la pandemia y desencadenado un debate entre seguridad y privacidad, pero los expertos consideran que es una dicotomía "falsa" y son contundentes: no hay que elegir.

La crisis causada por el coronavirus ha puesto de relieve, mantienen los expertos consultados por EFE, que las medidas farmacológicas no son suficientes para atajarla; que son necesarias además medidas de contención (cuarentena, higiene, distancia social o mascarilla) y que las nuevas tecnologías son imprescindibles para generar datos masivos sobre movilidad, síntomas o rastreo de contactos y adoptar las que se consideren adecuadas.

Más de cuatro millones de personas se han descargado ya en España la aplicación de rastreo de contagios "Radar Covid", diseñada y dirigida por el Gobierno, y varias instituciones y centros de investigación trabajan con datos obtenidos de teléfonos móviles, redes sociales o encuestas para conocer aspectos relacionados con la movilidad y la distancia social y prevenir comportamientos de riesgo.

Desde que comenzó la pandemia, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y el Comité Europeo de Protección de Datos han publicado numerosos informes con instrucciones y recomendaciones sobre el tratamiento adecuado que se debe hacer de los datos personales durante la crisis (como reconocimiento facial en exámenes; la toma de temperatura en comercios o centros de trabajo; o el uso de datos sobre la Covid y los anticuerpos en los currículum y empresas).

Fuentes de este organismo han señalado a EFE que la protección de datos es un derecho fundamental y que por lo tanto no se puede dar a elegir entre seguridad y protección de datos. "Estaríamos ante una falsa dicotomía que supondría renunciar a valores y principios que nos hemos dado".

Han insistido además en que el Reglamento General de Protección de Datos contiene reglas específicas que permiten el tratamiento de esos datos en situaciones de emergencia sanitaria, pero también en que la protección de los datos personales "no debería utilizarse para obstaculizar o limitar la efectividad de las medidas que adopten las autoridades en la lucha contra la pandemia".

El investigador Frederic Bartumeus, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) ha coincidido en que se trata de "un falso debate", y se ha mostrado convencido de que el contexto actual va a propiciar que se aceleren muchos desarrollos tecnológicos y de innovación que requieren la participación ciudadana.

En declaraciones a EFE, Bartumeus ha aseverado que las aplicaciones de rastreo que se han activado en Europa "son seguras y fiables", ya que se basan en desarrollos tecnológicos que garantizan la privacidad y que conceden a cada ciudadano el control de las mismas.

"En ese proceso de anonimización, de protección de los datos y de empoderamiento de los ciudadanos se puede perder muchísima información que podría ser útil para romper las cadenas de transmisión de forma efectiva, pero es el precio que se debe pagar si asumimos que estamos en una sociedad desarrollada y responsable", ha precisado.

Conocer los historiales clínicos y las bases de datos generadas por los pacientes de Covid-19 es útil -ha explicado el investigador- para anticipar la evolución de la enfermedad, para gestionar espacios y camillas o para anticipar evoluciones graves del paciente ante una determinada señal de alarma.

Frederic Bartumeus ha subrayado la importancia de que los ciudadanos confíen en estas aplicaciones y en las nuevas tecnologías que se están utilizando y conozcan cómo están contribuyendo a luchar contra la crisis, ya que cuanto mayores sean las garantías y la sensación de seguridad de los usuarios mayor será también el número de personas que se las descargan y colaboren así de una forma efectiva a rastrear la propagación del virus.

Las normativas europea y españolas son suficientemente garantistas, según el investigador, quien se ha mostrado sorprendido por la "incoherencia" que a su juicio supone que los ciudadanos sean capaces de ceder sus datos "sin pestañear" a empresas como Google o Apple y luego se vuelvan "hipercríticos" cuando se desarrollan aplicaciones de rastreo que no recopilan datos personales y cuyo único objetivo es advertir y sugerir a las personas que se pongan en cuarentena cuando han estado cerca de un positivo por Covid-19.

Itziar de Leucona, subdirectora del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona -un centro de investigación especializado en el estudio de los avances tecnológicos y científicos y su proyección sobre la dignidad y los derechos de las personas- es también tajante: "la dicotomía es falsa; la seguridad o la salud no pueden anular la protección de los datos".

"Determinadas restricciones de derechos que pueden justificarse por razones de interés colectivo no pueden anularlos", ha manifestado a EFE, y ha incidido en que una adecuada protección de los datos personales se debe complementar "con el principio de transparencia" para generar y potenciar la confianza de los ciudadanos que utilizan las aplicaciones y nuevas tecnologías.

De Leucona ha señalado que las aplicaciones de identificación de positivos y rastreo de contactos "son un soporte y no la solución", y ha opinado que es "imprescindible" conocer cómo se han creado, validado, y las correcciones que se han llevado a cabo para que el sistema sea fiable, y eso incluye -ha dicho- las medidas para proteger los datos personales e identificar posibles riesgos y cómo mitigarlos "para que nuestra intimidad no se vea afectada".

EFE

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