Análisis: España, Trump, la OTAN y la inversión en Defensa, un rompecabezas de difícil solución

Ya lo había avisado antes, pero, tras llegar a la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha reavivado el espinoso debate sobre el gasto militar de la OTAN y ha señalado a España como un país que paga poco. 

El Gobierno español defiende su compromiso de alcanzar el 2% del PIB nacional en Defensa para el año 2029, tal y como acordaron los países miembros de la Alianza Atlántica, pero Trump presiona y pide aumentar ese gasto hasta un 5%. Una exigencia que puede poner en apuros a nuestro país.

Y, sin embargo, como señala el investigador senior de la Fundación Civismo, Florentino Portero, la inversión en Defensa es muy importante, ya que está relacionada de forma directa con la inversión en capacidades tecnológicas de última generación. 

Un sector en el que España se está quedando fuera de los logros de otros países y al que el presidente Sánchez es muy receptivo. De ahí su interés por controlar empresas tan claves a este respecto como Indra y, ahora también, Telefónica:

España es el décimo país de la OTAN que más invierte en Defensa en términos absolutos, con más de 20.455 millones de euros en 2024, pero el último en relación al PIB.

Destina un 1,28% a esta partida. Un porcentaje que solo es un indicador de la voluntad de cada país, según sus necedades. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha comprometido a llegar al 2% en 2029, tal y como marcó la Alianza. Algo que ahora solo cumplen 23 de los 32 países miembros.

Pero el mandatario estadounidense aumenta la presión. Pide elevar el gasto un 5%, una táctica de negociación, según Florentino Portero, para alcanzar el 3%, una cifra más realista. 

Hay más de un problema a este respecto, destaca Portero, en primer lugar que en Europa hace demasiado tiempo que no se invierte con fuerza en Defensa, en segundo lugar por la falta de una potente industria de Defensa en Europa y, en tercer lugar, tampoco hay una estrategia clara para saber en qué hay que invertir:

Esto supondría una inversión de España de unos 25.000 millones de euros anuales.

Pero el problema, como ocurre en Europa en general, no es sólo la cifra sino también en qué hay que gastar, en qué es necesario y, para saberlo, se requiere una estrategia nacional, que no hay a día de hoy, y para la que es necesario el acuerdo parlamentario para su diseño. Algo que hoy tampoco se ve fácil, señala Florentino Portero:

De este modo, la cuestión podría complicar aún más las relaciones entre Estados Unidos y Europa y, de forma concreta, las de España y EEUU, y podría avivar el fantasma de la temida subida de los aranceles.