Dos nuevos casos de sarampión en Guadalajara, ninguno de ellos grave y otros dos por confirmar
Parece que continua el brote de sarampión de Guadalajara. Si hace doce días conocíamos la existencia de 6 pacientes que sufrían esta enfermedad, esta semana se ha informado de que se han detectado otros dos nuevos casos de sarampión y otros dos están a la espera de recibir los resultados de las pruebas médicas. Estos dos últimos permanecen ingresados en el hospital universitario de la capital alcarreña, mientras que los otros dos ya han sido dados de alta. Según fuentes del complejo hospitalario a CMM, ninguno de los enfermos está grave.
Todos son adultos sin vacunar y del mismo entorno de los que sufrieron la enfermedad cuando fue declarado el brote el pasado 16 de abril.
El sarampión es una enfermedad extremadamente contagiosa, aún no erradicada. Desde que se contrae hasta que se manifiesta pueden pasar del entorno a diez a veinte días por lo que no se descarta que se den nuevos casos.
Tos, fiebre y erupciones: los síntomas del sarampión
El sarampión puede manifestarse con fiebre alta con una erupción por todo el cuerpo, tos irritativa y conjuntivitis (ojos rojos). También se ven puntos blancos con un halo rojizo en la mucosa de la boca, que solo aparecen en esta enfermedad y que se denominan manchas de Koplik. En ocasiones se complica con otitis, neumonía o afectación grave del cerebro (encefalitis).
Es causa de muerte infantil en África y Asia. Del orden de 1/2 niños de cada mil que sufren sarampión muere por esta causa
Inmunización con o sin vacuna
La recomendación de la vacunación es universal a través de 2 dosis de triple vírica separadas entre sí, al menos, un mes. La primera dosis debe administrarse una vez cumplidos los 12 meses de edad; si se recibe antes, no se contabiliza. Se recomienda particularmente inyectar preferentemente por vía subcutánea, en el muslo o el brazo, la segunda dosis a los 2-4 años.
En Europa, la vacuna del sarampión se administra formando parte de la conocida como triple vírica.
La mayoría de los adultos mayores están inmunizados de forma natural por haber pasado la enfermedad en la infancia.