CUENCA
Suspenden el juicio por trata contra los gerentes de un club de alterne en El Provencio
Por la incomparecencia de la testigo protegida que iba a declarar en este procedimiento
El juicio previsto para este jueves en Cuenca contra los gerentes de un club de alterne de El Provencio, acusados de trata, prostitución coactiva e inmigración ilegal, se ha suspendido por la incomparecencia de la testigo protegida que iba a declarar en este procedimiento.
La Fiscalía pide diez años de prisión contra el gerente y la administradora de un club de alterne en El Provencio por delitos de trata de seres humanos, prostitución coactiva e inmigración ilegal.
Antes de que comenzara la sesión hubo un intento de acuerdo de conformidad, que no llegó a fructificar, pero finalmente ni siquiera llegó a celebrarse el juicio al no presentarse la testigo, una trabajadora del club que habría escapado del local.
Según la versión de la Fiscalía, los acusados habían puesto en marcha un plan en virtud del cual personas de origen colombiano, en connivencia con ellos, les enviarían a España, ofreciéndoles falsos puestos de trabajo como camarera en España bien remunerados y dignos, a mujeres jóvenes de ese país que se encontraban en situación de gran penuria económica, para que ejercieran la prostitución en el club y, con el producto de esta, repartirse los beneficios.
Los acusados gestionaban en El Provencio un establecimiento que a pesar de tener licencia aparentemente como hostal, estaba acondicionado para la realización de actividades de alterne y de prostitución por parte de las mujeres que trabajan en dicho local.
Una de estas mujeres, que comparecerá como testigo protegido, llegó en febrero de 2016 al club, donde tras retirarle el pasaporte y el viático (dinero con el que se acredita el viaje a España como turista), se le informó de que había contraído una deuda de 4.000 euros que debía saldar ejerciendo la prostitución.
Según la acusación, la víctima tenía que trabajar desde las 17.00 horas al cierre del establecimiento, a altas horas de la madrugada, pagar 45 euros diarios por alojamiento y manutención y entregar al negocio el dinero del "primer pase", que oscilaba entre 45 y 55 euros, más cinco euros por cada pase adicional en concepto de sábanas.
Tras un mes trabajando en el prostíbulo, la testigo logró escapar por la puerta de la cocina.