Congelación de óvulos: la solución a ser madres cuando se alcanza una estabilidad

Seguimos retrasando la maternidad. Mucho más de lo que nuestra biología lo aconseja. Los motivos son muchos para no encontrar el momento adecuado: estudios, precariedad laboral, dificultades para acceder a una vivienda o la falta de pareja estable, entre otras.

Es por eso que cada vez más mujeres recurren a la vitrificación de óvulos, para llegado el momento no tener problemas de fertilidad.

Con los años la fertilidad se complica. "A partir de los 35 años, las alteraciones en el ovocito se empiezan a aumentar. Son alteraciones genéticas que dificultan conseguir un embarazo. A partir de los 38 años, todavía más", explica Beatriz Rojas, directora del Laboratorio HM Fertility Center.

Nuestra reserva ovárica no es ilimitada y el reloj biológico no avisa. Rojas cuenta que "nosotras nos vemos estupendas, hacemos ejercicio, nos alimentamos bien, nos vemos jóvenes... Pero internamente y nuestra genética, nuestros óvulos, vienen con nosotros desde que nacemos y van perdiendo calidad".

Con ello, nos damos de bruces con la realidad. Sin embargo, cada vez más mujeres deciden vitrificar óvulos para preservar su fertilidad.

"Es verdad que hay muchos óvulos que están en los bancos sin usar, pero es mejor tener esa baza porque no da mucha tranquilidad", explica la ginecóloga del Laboratorio HM Fertility Center, Macarena Martín.

Recomienda que se haga cuento antes mejor, "antes de los 35 años, cuando la calidad ovacitaria es la adecuada para tener unas mínimas garantías de que nos van a servir para tener un niño".

Los óvulos congelados no tienen límite para ser utilizados. Cuentan que "hace poco, ha nacido un bebé que llevaba congelado el embrión 25 años".

Sin embargo, sí hay una edad tope para implantarlos. "Normalmente son los 50 años cuando se recomienda a la mujer no gestar, no solo por temas legales sino también por problemas de salud", explica Martín.