CLM creará 44.000 empleos hasta finales de 2020, según un informe del BBVA
Castilla-La Mancha creará 44.000 empleos hasta finales de 2020, según el informe anual del BBVA. Toledo y Guadalajara serían las provincias más beneficiados atendiendo a las previsiones de este informe.
Aún así, la región no se librará de la desaceleración económica, pero la entidad asegura que estamos más fuertes que otras comunidades autónomas y más preparados para el brexit.
Según este informe la tasa de paro en Castilla-La Mancha se reducirá por encima del 12 por ciento.
Entre otras cifras que deja este informe las cifras de crecimiento del PIB en nuestra región: crecerá un 2,3 % este año y un 2,1 % en 2020.
Así lo ha asegurado hoy en Albacete Pep Ruiz, economista principal responsable del Análisis Regional para España de BBVA Research, quien ha manifestado que este escenario sugiere “la necesidad de continuar avanzando” en reformas que hagan la economía castellano-manchega “más competitiva y resistente a los accidentes que puedan venir por delante”.
Retos para la economía en Castilla-La Mancha
En el informe económico del BBVA, además de las estimaciones de crecimiento, se enumeran los retos de la economía en Castilla-La Mancha, donde se incluye “avanzar en la digitalización” de la sociedad, afrontar la desindustrialización y hacer converger la renta per capita de los castellano-manchegos con la del resto de España.
Para el representante de BBVA Research esa alta tasa de paro pone de manifiesto “la necesidad de continuar avanzando en las reformas necesarias para hacer la economía más competitiva, que se crecimiento sea más inclusivo, y sea más resistente a los accidentes que pueden venir por delante”.
El informe habla de “un contexto de incertidumbre cada vez más elevada y más compleja” donde tienen que ver las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el escenario de desaceleración y el Brexit, aunque “la exposición al Reino Unido de Castilla-La Mancha es relativamente baja”, ha comentado el economista.
El informe alude asimismo a la posibilidad de que el aumento del salario mínimo interprofesional tenga “efectos negativos” sobre la actividad y la creación de empleo a largo plazo, “en la medida que no venga acompañado de políticas que mejoren la productividad”.