CASO LA ATALAYA
Declara el acusado de matar a un ladrón: "Prefiero morir defendiendo mi casa antes que salir huyendo"
Asegura que el cadáver se lo puso alguien allí como parte de un plan orquestado para quitarle su casa de campo
El acusado de matar a un ladrón que intentaba robar en su casa de campo en La Atalaya, Ciudad Real, en verano de 2021, se ha sentado este lunes en la sala de la Audiencia Provincial para declarar ante el tribunal.
Durante su veredicto, Pepe Lomas, el acusado, ha asegurado que "prefiere morir defendiendo su casa antes que salir huyendo y dejarla en manos de unos maleantes".
En los 100 minutos que ha durado el interrogatorio del Fiscal del caso, la postura del librero de 80 años ha sido la misma que ha defendido desde su detención en agosto de 2021. Según él, actuó para defender su vida que creyó amenazada. Además, se ha mostrado convencido de que todo se trataba de un plan orquestado para echarlo de su casa de campo.
Asegura que alguien le puso allí el cadáver
Durante su intervención, el acusado ha incurrido en alguna contradicción con respecto a la dirección de los disparos. Él dice que vio un bulto con forma cónica con una motosierra apuntándole. Disparó desde unos 10 metros hacia la derecha y el bulto no se movió, declara. Después, disparó una segunda vez en otro sentido y tampoco se movió, pensó que era una trampa. Según explica, fue al dormitorio a cargar y disparó en dirección al bulto.
Asegura que el cadáver se lo puso alguien allí como parte de una trampa para quitarle la casa.
Fue entonces, cuando, según explica, llama a la Guardia Civil y Policía Nacional. No lo hizo antes porque habían pasado a robarle unas 40 veces y nunca habían hecho nada, declara Lomas.
Hechos ocurridos en el verano de 2021
El suceso se produjo la madrugada del 1 de agosto de 2021, fiesta local en Ciudad Real, cuando un hombre accedió a la casa de campo del acusado y se sobresaltó por ruidos en el interior de la parcela.
Tras despertarse, el acusado cogió una de sus escopetas y salió al exterior del inmueble. En el interior de la parcela, el librero pudo observar, a una distancia de 15 metros, a una persona que portaba una motosierra apagada y otras herramientas que habría sustraído del cuarto de aperos de la casa de campo.
Al comprobar el acusado que estaba sufriendo un robo, se dirigió donde se encontraba el presunto ladrón y le asestó hasta tres disparos, en el tórax y por la espalda.