Un centro de menores migrantes en Rada de Haro (Cuenca) devuelve la vida al pueblo, al borde de la desaparición

Susana Palomo Gómez
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Rada de Haro, en la provincia de Cuenca, iba camino de desaparecer por la falta de vecinos. Un problema al que se enfrentan cada vez más pueblos de la provincia. En este caso, hasta el alcalde estaba pensando mudarse. Sin embargo, la instalación de un centro de menores migrantes no acompañados ha hecho que este municipio vuelva a tener vida.

Este centro de migrantes ha sido inesperadamente la solución contra la despoblación. Sus nuevos vecinos son los conocidos como menas, jóvenes que no siempre gozan de buena prensa. Sin embargo, han salvado a Rada de Haro de la desaparición.

Cuando llegaron hace tres años, hasta el alcalde estaba a punto de mudarse. Ahora, hay 20 habitantes más, varios de los jóvenes que han alcanzado la mayoría de edad se han quedado a vivir y trabajar en la zona y los ganaderos y agricultores han encontrado en ellos una mano de obra que les faltaba.

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