El Supremo confirma la prisión permanente para el asesino de una vendedora de la ONCE en Albacete

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de prisión permanente revisable impuesta a un hombre acusado de asesinar a una vendedora de cupones de la ONCE, a la que le debía 200 euros, y emparedar, posteriormente, el cadáver en su vivienda. 

Los hechos ocurrieron el 19 de agosto de 2021 en Albacete, en la vivienda del procesado. Este invitó a la víctima, a la que le debía 50 euros por unos cupones y rascas que le había dado fiados, a su casa, con la intención de pagarle la deuda. Una vez en su vivienda, el acusado le pagó los 50 euros a la víctima, con la que mantenía una amistad desde hace años, y después le pidió más rascas de los que llevaba para la venta. Cuando la deuda superó los 200 euros, la víctima le pidió que le pagara de nuevo, pero el se excusó con que no tenía dinero, lo que provocó una discusión entre ambos.

De forma sorpresiva e inesperada, el acusado empujó a la mujer, que tenía reconocida una minusvalía del 72% que afectaba a la movilidad de la parte derecha de su cuerpo. Una vez en el suelo, la víctima aseguró a su agresor que lo iba a denunciar, ante lo que él, que ya había cumplido anteriormente una condena, se abalanzó sobre ella y la asfixió. Tras acabar con su vida, el acusado envolvió el cadáver en plásticos y lo emparedó en una de las habitaciones de la casa, construyendo un habitáculo para esconder el cuerpo. 

El acusado también cogió los 50 euros que le había dado a la vendedora antes, y el dinero que llevaba en efectivo de la recaudación de ese día. Además, se quedó con los cupones que llevaba y no habían sido usados, cuyo valor ascendía a 1.704 euros. Después, destruyó con un martillo el teléfono móvil y el terminal de la víctima. 

El Supremo rechaza las atenuantes de arrebato y confesión

Ante estos hechos, el Supremo ha rechazado la pretensión del condenado de que se le aplique la circunstancia atenuante de arrebato, al considerar el Tribunal que se produjo "una reacción colérica desproporcionada" y que el acusado, en el momento del asesinato, "no tenía alteradas sus facultades mentales". 

Además de la prisión permanente revisable por un delito de asesinato, el acusado ha sido condenado a un año de cárcel por hurto y al pago de una indemnización de 170.000 euros a los familiares de la víctima. 

La Sala tampoco aprecia la atenuante de confesión, porque el acusado "reconoció los hechos cuando las investigaciones estaban avanzadas y era inminente el descubrimiento de su autoría".