400 hectáreas reformadas y mucho trabajo por delante para recuperar las antiguas Tablas de Daimiel
Dehesas de encinares y pequeños bosques, es una estampa del pasado en las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), que dejará de ser tan solo un recuerdo. El Organismo Autónomo de Parques Nacionales junto a una la organización ecologista WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) colaboran en su recuperación.
En las primeras décadas del siglo XX, los encinares rodeaban el paraje de las Tablas de Daimiel. Pero la agricultura intensiva terminó de destruir estas masas forestales. Ahora, las encinas, carrascos y otras especies desaparecidas regresan a su hábitat.
Desde hace tres años, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales junto a la organización de protección a la Naturaleza, WWF, colaboran en la reforestación de la periferia del Parque Nacional. Hasta el momento, han reforestado 400 hectáreas, y planean recuperar más en los próximos tres años.
"Son zonas de refugio para los animales, zonas de nidificación para un montón de especies de aves. Y lo que intentamos es recuperar esa vegetación que, históricamente, había aquí" explica María Melero, técnico de WWF.
Las Tablas de Daimiel contra el cambio climático
La finca La Duquesa es uno de los espacios que se están reforestando. En 2007, el parque nacional de las Tablas de Daimiel la compró. Con una dotación de dos hectómetros cúbicos para riego, este cambio de terreno agrícola a masa forestal contribuye a preservar el agua en las Tablas de Daimiel.
El propósito es "incrementar el tiempo de permanencia en las Tablas", explica Carlos Ruiz, director del parque nacional Tablas de Daimiel. Es decir, añade, "una vez que el agua llegue a las Tablas de Daimiel, que se reduzcan las extracciones en su entorno inmediato y eso nos permite aumentar el tiempo que está en el parque".
Estas nuevas encimas tardarán veinte años en dar sombra pero contribuirán a crear un paisaje más resistente al cambio climático.