Portales de Belén artesanos: desde El Real de San Vicente hasta la Plaza Mayor de Madrid

Como cada martes, Javier López llega a Castilla-La Mancha Hoy en la sección Llena de vida, Castilla-La Mancha para hablar de despoblación y de la España vaciada a través de historias que ofrecen un punto de vista muy diferente al habitual, el de la repoblación.

Hoy hablamos sobre la historia de David Ponce y de Lino, que pasan todo el año en un caserío en El Real de San Vicente haciendo complementos para los belenes. Después de estar durante una gran temporada fabricando, en esta época navideña sale a la luz todo su trabajo y esfuerzo: venden sus productos en varios mercados, actualmente en el de la Plaza Mayor de Madrid. Y viven de ello. "La verdad que hay mucho ambiente navideño", nos cuenta David. "Llevamos un año bastante diferente y se nota que hay mucho más espíritu navideño. Después de pasar la pandemia y demás", cuenta.

¿Por qué establecerse en la Sierra de San Vicente?

La elección de la localidad toledana como centro de operaciones fue buscada: "La verdad que por casualidad o no casualidad, fue buscando. En un momento yo iba buscando también algo en el campo como retiro en Madrid y en un principio era una casa, una segunda vivienda, que al final se ha convertido en primera vivienda porque nos hemos instalado allí el taller y hemos decidido trabajar allí", relata.

Un sitio más que adecuado para una profesión como ésta: "Nosotros vivimos prácticamente de esto y vamos a ver, también es verdad que hay mercado, hay un mercado de navideño, sobre todo porque hay mucha gente aficionada a ello. Entonces nosotros producimos durante todo el año el Real de San Vicente. Allí tenemos nuestro taller, allí tenemos material", argumentan.

"Disfrutando del pueblo, estamos mucho más a gusto"Lino, artesano de Belenes

Su compañero Lino cambió radicalmente de estilo de vida: "Yo trabajaba en el teatro. He decidido dejar el teatro, porque esto no deja de ser un teatro, un teatrillo, digamos, y bueno, de alguna manera la creatividad se suple de esta manera y bueno, vivimos la vida más tranquila, retirados en el campo, disfrutando del pueblo, conviviendo con el pueblo y la verdad que estamos mucho más a gusto", comenta.

Una tradición familiar

Pero, cómo es posible hoy en día vivir de hacer complementos para los Belenes? "Pues bueno, lo primero, tener la ilusión y que te guste. Y bueno, es una cuestión que la he vivido toda la vida. Para mí, las Navidades han sido siempre Belenes y estar aquí en la plaza, los nacimientos", cuenta David. 

Se trata de una profesión que ha ido pasando de generación en generación: "Ha sido como una cosa de continuar mejorándolo. También es cierto que ha evolucionado bastante desde que empezaron mis abuelos, por ejemplo, o mis padres a nosotros. Y bueno, la verdad que cada vez nos va mejor. Quiero decir, hacemos cosas más bonitas, más interesantes y busco mucha aceptación", explica.

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