El Papa asegura que la Iglesia nunca más encubrirá los casos de abusos a menores

El Papa ha asegurado que la Iglesia hará todo lo necesario para llevar ante la justicia a los curas pederastas

Redacción CMM
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El Papa ha asegurado que la Iglesia hará todo lo necesario para llevar ante la justicia a los curas pederastas al tiempo que ha afirmado que "nunca más encubrirá o subestimará" los casos de abusos sexuales por parte del clero.

"La Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes --ha exclamado durante el tradicional discurso de Navidad ante la Curia Romana--. La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso".

El Pontífice ha reconocido que algunos responsables, en el pasado "han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez", pero ha manifestado que la Iglesia está cuestionándose a través de la consulta de expertos "cómo proteger a los niños; cómo evitar tales desventuras, cómo tratar y reintegrar a las víctimas y cómo fortalecer la formación en los seminarios".

"Se buscará transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar este flagelo no solo del cuerpo de la Iglesia sino también de la sociedad", ha asegurado. Por ello, ha manifestado que la Iglesia "tratará de afrontar este mal que causa la muerte lenta de tantas personas, a nivel moral, psicológico y humano".

El Papa ha agradecido la labor de los medios de comunicación "honestos y objetivos" que han tratado de "desenmascarar a estos lobos y de dar voz a las víctimas" y ha arremetido contra los que les han acusado "de ignorar la gran mayoría de los casos de abusos, que no son cometidos por ministros de la Iglesia, y de querer dar de forma intencional una imagen falsa, como si este mal golpeara solo a la Iglesia Católica".

"Incluso si se tratase solo de un caso de abuso ?que ya es una monstruosidad por sí mismo? La Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad", ha referido.

Asimismo, ha querido dirigirse directamente a los que han cometido estos crímenes: "A los que abusan de los menores querría decirles: convertíos y entregaos a la justicia humana, y preparaos a la justicia divina, recordando las palabras de Cristo". Sobre ellos, ha señalado que son hombres consagrados "que abusan de los débiles, valiéndose de su poder moral y de la persuasión".

"Cometen abominaciones y siguen ejerciendo su ministerio como si nada hubiera sucedido; no temen a Dios ni a su juicio, solo temen ser descubiertos y desenmascarados. Ministros que desgarran el cuerpo de la Iglesia, causando escándalo y desacreditando la misión salvífica de la Iglesia y los sacrificios de muchos de sus hermanos. También hoy, muchos David, sin pestañear, entran en la red de corrupción, traicionan a Dios, sus mandamientos, su propia vocación, la Iglesia, el pueblo de Dios y la confianza de los pequeños y sus familiares. A menudo, detrás de su gran amabilidad, su labor impecable y su rostro angelical, ocultan descaradamente a un lobo atroz listo para devorar a las almas inocentes", ha advertido.

Por ello, considera que si no se pone remedio en el origen "la cadena del pecado se alarga como una mancha de aceite y rápidamente se convierte en una red de corrupción". Para el Papa, está en juego la credibilidad de la Iglesia: "Los pecados y crímenes de las personas consagradas adquieren un tinte todavía más oscuro de infidelidad, de vergüenza, y deforman el rostro de la Iglesia socavando su credibilidad", ha manifestado.

Por otro lado, el Papa ha reseñado en su discurso las realidades que afligen a la Iglesia católica como los inmigrantes que son "obligados a abandonar sus países de origen y arriesgar sus vidas" y acaban o encontrando "la muerte" o sobreviviendo "pero se encuentran con las puertas cerradas y sus hermanos de humanidad entregados a las conquistas políticas y de poder". "Cuánto miedo y prejuicio", ha lamentado.

Guerras declaradas

También se ha referido a las personas que "mueren cada día por la falta de agua, alimentos y medicinas". "Cuánta pobreza y miseria. Cuánta violencia contra los débiles y contra las mujeres. Cuántos escenarios de guerras, declaradas y no declaradas. Cuánta sangre inocente se derrama cada día. Cuánta inhumanidad y brutalidad nos rodean por todas partes. Cuántas personas son sistemáticamente torturadas todavía hoy en las comisarías de policía, en las cárceles y en los campos de refugiados en diferentes lugares del mundo", ha dicho.

El Pontífice también ha recordado a los mártires para denunciar que "nuevos grupos extremistas se multiplican, tomando como punto de mira a iglesias, lugares de culto, ministros y simples fieles". "Cuántos cristianos, en tantas partes del mundo, viven todavía hoy bajo el peso de la persecución, la marginación, la discriminación y la injusticia. Sin embargo, siguen abrazando valientemente la muerte para no negar a Cristo. "Qué difícil es vivir hoy libremente la fe en tantas partes del mundo donde no hay libertad religiosa y libertad de conciencia", ha relatado.

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