La tragedia del Yak-42
Fue y sigue siendo la peor tragedia sufrida por el Ejército español en tiempos de paz Era la madrugada del lunes 26 de mayo de 2003 cuando el avión, un Yak-42 ucraniano, se estrelló en Turquía. Transportaba de vuelta a casa a 62 militares españoles tras cumplir cuatro meses de misión humanitaria en Afganistán. No hubo supervivientes. El aparato colisionó cuando el piloto intentaba realizar una maniobra de aterrizaje para repostar, después de dos aproximaciones fallidas. El mal tiempo y un error de la tripulación se apuntaron como posibles errores. Después, las denuncias de las familias acerca del mal estado de ésta y otras aeronaves utilizadas por el Ejército español recrudecieron la polémica. Los 62 militares fallecidos fueron homenajeados en un sentido funeral de Estado celebrado en la base aérea de Torrejón.
Identificaciones de los cuerpos
Al dolor por la pérdida de sus hijos, hermanos, maridos y padres, 30 familias sumaron además la indignación por la falsa identificación de los cuerpos, que consideró probada la Audiencia Nacional. "Les maltrataron y ultrajaron. Nosotros no merecíamos este trato pero mucho menos los militares muertos", aseguraba el padre del sargento Cardona, quien achaca a la prisa por la celebración del funeral de Estado la "catastrófica identificación que realizaron". "Ni siquiera eran médicos forenses", denunciaba.
Granada Ripollés perdió a su hermano, el comandante José Manuel Ripollés. En relación a la identificación de los cuerpos habla de "trasvase de sacos sin mirar lo que había dentro" y puntualiza: "Por muy fuerte que suene, sí". "No tuvieron la delicadeza de comprobar alianzas de boda para ver si coincidian con sus datos", lamenta Ripollés. Y Cardona añade: "Había mucha prisa por traer los cuerpos de cualquier manera y enterrarlos".
Tres procesos judiciales cerrados en España
El caso del Yak-42 fue juzgado tanto por la vía civil como por la vía penal y en ambas instancias la Justicia determinó que el Estado no era responsable de la muerte de los militares, recuerdan fuentes del Ejecutivo. La Audiencia Nacional abrió dos: uno por posibles irregularidades en la contratación del Yakovlev 42, que se archivó, y otro por las falsas identificaciones de los cadáveres de los militares, que condenó a tres mandos militares. Hubo un tercero civil por el que la empresa alemana Chapman Freeborn, que junto con la ucraniana UM Air organizó el vuelo, fue condenada al pago de una indemnización de seis millones de euros a las familias.
El Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de Derechos Humanos rechazaron volver a abrir a causa de la contratación de los vuelos después de que esta fuera archivada en la Audiencia Nacional.
Penas de cárcel
El segundo proceso, el de las irregularidades en las identificaciones, finalizó en 2009 con la condena de tres años de cárcel al general Vicente Navarro, a quién Trillo encargó la repatriación de los cadáveres; y dos años de cárcel para los comandantes sanitarios José Ramón Ramírez y Miguel Ángel Sáez.
El primero falleció y nunca fue a la cárcel y los otros dos condenados no entraron en prisión al ser la pena inferior a los dos años. Además, en 2012 estos dos comandantes recibieron un indulto parcial por el año de inhabilitación impuesto, que indignó a las familias de los soldados muertos.
El dictamen del Consejo de Estado
Tras conocerse el dictamen del Consejo de Estado en el que se responsabiliza al Ministerio de Defensa del accidente del Yak-42, el Gobierno aseguró que fue la "más dolorosa tragedia reciente de nuestras Fuerzas Armadas". Y añadía que "la investigación, los tribunales y ahora el propio Consejo de Estado determinan que la causa del accidente fue la tripulación, inexperta y sobrecargada de horas de vuelo". "La responsabilidad patrimonial que ahora determina el Consejo de Estado en contra del criterio de los tribunales se traduciría en unas cuantías económicas que ya están satisfechas, tal y como reconoce el propio Consejo de Estado en su dictamen", aseguraba.
Poco después de hacerse público el informe, el Gobierno anunciaba que el exministro de Defensa, Federico Trillo dejaría su cargo de embajador en Londres, junto a otros 72 diplomáticos. Sin embargo desde el ejecutivo, aseguraban que la ésta no era la causa había motivado la decisión, sino que era un movimiento necesario tras estar 10 meses en funciones. Trillo que es letrado del propio Consejo de Estado, solicitaba volver a su puesto.
Cospedal recibe a los familiares
El último paso lo daba la Ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que ha propuesto comparecer ante la Comisión de Defensa del Congreso y, además, reunirse con la asociación de víctimas del accidente del YAK-42. La asociación había solicitado con anterioridad esta reunión.