Interterritorial: habrá que llevar una mascarilla a mano en exteriores por si es necesario su uso
El Ministerio de Sanidad cierra esta tarde con las comunidades las condiciones en las que se relajará el uso de las mascarillas al aire libre a partir del próximo sábado y que serán aprobadas definitivamente mañana por el Consejo de Ministros.
Porque la mascarilla se podrá quitar si se pueden mantener "una serie de condiciones" en las que no haya aglomeraciones ni grupos multitudinarios de personas en las que no se pueda guardar la distancia de seguridad, según avanzó el lunes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Habrá que llevar una mascarilla a mano por si hay que usarla en exteriores
Las mascarillas dejarán de ser obligatorias en espacios exteriores a partir de este sábado pero la nueva normativa contempla llevar una a mano para el caso de que no haya los 1,5 metros de distancia de seguridad interpersonal o sea necesario su uso.
Según han informado fuentes autonómicas del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, esta es una de las medidas que recoge la nueva norma que deroga el apartado de la ley 2/2021 de 29 de marzo que establecía la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, aunque hubiese distancia de seguridad.
Esta medida de portar una mascarilla en el bolsillo también está recogida en la propuesta que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha desgranado este miércoles y que elimina el uso obligatorio excepto cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad.
Un cambio de ley
Se trata de cambiar la ley 2/2021, de 29 de marzo, sobre medidas urgentes para hacer frente a la crisis de la COVID-19, que regulaba el uso obligatorio de mascarillas en la vía pública, en espacios al aire libre y cerrados de uso público o abiertos al público, así como en los transportes.
Ha surgido de nuevo el malestar entre un grupo de comunidades que ha censurado que se haya optado por el real decreto sin argumentos científicos detrás y anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sin debatirse antes en el Interterritorial.
La andaluza, la que soporta la mayor incidencia de toda España con más de 170 casos por cada 100.000 habitantes, piensa seguir recomendando su uso en exteriores aunque ya no sea obligatorio; el portavoz de la Junta, Elías Bendodo, pidió ayer a los ciudadanos que se la quiten paulatinamente y la usen "en la medida de las posibilidades", sobre todo si están con mucha gente.
De la misma forma, el consejero madrileño de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique López, criticó que el jefe del Ejecutivo adelantara la noticia sin haberse reunido con las autonomías: "no es una buena forma de trabajar en eso que se denomina la cogobernanza, que debe basarse no solo en la corresponsabilidad sino también en la codecisión", lamentó.
Mientras que el de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, opinó que a lo mejor habría que "dejar una puerta abierta" en el decreto sobre la obligatoriedad de las mascarillas por si en algún ámbito hay que volver a usarla.
Medida que no será irreversible
Sobre ello, Simón deslizó que las medidas tomadas durante la pandemia no son irreversibles y que, en todo caso, "si alguien quiere seguir llevando la mascarilla, bienvenido sea". "El que te la puedas quitar -explicó- no quiere decir que te la tengas que quitar: si se siente que hay demasiada gente a su alrededor, se pone tranquilamente la mascarilla y no pasa nada".
"No cuesta nada llevar una mascarilla en el bolsillo y ponérnosla cuando sospechemos algún riesgo. Ya estamos suficientemente acostumbrados como para que a nadie le llame la atención", zanjó.
EFE