Así se detuvo a Puigdemont: Baliza en el coche y móvil geolocalizado
Es la noticia de las últimas horas: la detención de Carles Puigdemont en Alemania. Cinco meses llevaba ya fugado de España cuando era interceptado este domingo en Alemania. Una baliza colocada en su coche, la geolocalización de su teléfono móvil, y también, algo de exceso de confianza del ex-president, han sido claves en su detención.
En estos cinco meses Puigdemont siempre ha tenido una vía de escape, por si la cosa se ponía fea y España intentaba atraparle.
En coche, el 30 de octubre, partió desde Girona y paró en Marsella. Llegó, para quedarse, por los motivos que todos sabemos, a Bélgica.
Viajó primero a Copenhague
Waterloo se convirtió en su sede. Y desde ahí, para internacionalizar, según él, el conflicto, viajó en avión: primero a Copenhague, para dar una charla en la Universidad.
Meses después, hizo lo propio en Ginebra: acto en la ONU, y regreso de nuevo a su casa belga.
El que ha sido su último viaje tenía como destino Finlandia. Había sido invitado por un grupo de diputados simpatizantes.
La vuelta, es lo que se ha complicado, porque el juez Pablo Llanera reactivó la euro-orden de detención y para el CNI y la policía llegaba el momento que tanto habían esperado: 5 meses han vigilado al milimetro sus pasos.
Él, contaba con ello. Por eso decidió esquivar aeropuertos. Le separaban 1400 kilómetros hasta Waterloo y partió en coche desde Helsinki. Para llegar a Suecia tuvo que coger un ferry y continúo en su vehículo hasta Dinamarca. Los Servicios de Inteligencia esperaron a que pisase suelo alemán para arrestarlo.
Su Renault Space estaba balizada, su señal móvil localizada y el exceso de confianza de Puigdemont, pensaba que habría nuevas elecciones en Cataluña.