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Alfonso López cuenta su experiencia como último molinero

El último molinero

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Redacción CMM
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A lo largo del tiempo se han ido perdiendo oficios, como es el caso del trabajo de molinero, típico en la región. Por ello ha venido Alfonso López de 88 años, natural de Manzanares (Ciudad Real) a visibilizar este empleo que tanto ha servido años atrás, en concreto el caso de los molinos de agua. De los 370 molinos documentados que existieron en Ciudad Real, actualmente quedan 5 molinos de agua visitables. 

El entrevistado comenzó con 14 años a aprender el oficio yendo diariamente donde su padre le enseñabaSe ocupaba de comprar el cereal y salir a vender con un carro. Lo más difícil para él era conseguir que la harina saliese muy fina. Ha explicado que había una catalogación especial para el producto: la harina de flor era la primera tanda y se usaba en confitería; la segunda servía para hacer pan y el resto para animales como gallinas y pollos. 

En la edad adulta Alfonso fue dueño de "El molino grande" que heredó de su abuelo durante 25 años. Cuando se dejó de usar se convirtió en un museo que a día de hoy se puede visitar.

Asimismo recuerda cómo su abuelo regentaba tres molinos a principios del siglo pasado e iba de uno a otro en caballo. Antes vivían en Membrilla (Ciudad Real) y se desplazaban a las 5 de la mañana hasta Manzanares. Entonces decidieron mudarse a aquella ciudad para mayor comodidad.

En Compañía, se emite de lunes a viernes, a las 15:45 horas, en Castilla-La Mancha Media, un programa que tiene como objetivo ayudar a poner fin a la soledad de los castellanomanchegos. Un problema que, a día de hoy, afecta a miles de personas y que es una gran preocupación en la sociedad del siglo XXI.

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