Segunda jornada del juicio al hombre que asesinó al director de un banco en La Solana def
Segundo día del juicio con jurado popular contra un hombre acusado de matar al director de un banco en La Solana, Ciudad Real y de intentar matar a otra empleada, para el que el fiscal pide penas que suman 32 años de prisión.
La mujer del director de la sucursal bancaria de Caixabank en la localidad ciudadrealeña de La Solana, que ha declarado este martes en la sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, ha asegurado que su marido era "un buen padre, al que ahora echan de menos sus hijas".
También ha declarado este martes el policía local que se personó inmediatamente después de suceder los hechos en la sucursal bancaria, quien ha detallado que tras ser avisado por una empleada del banco acudió rápidamente a la puerta de la entidad en cuyo interior estaba el acusado portando una escopeta.
Tras pedirle desde fuera que dejara el arma, éste "le obedeció" dejándola encima de un armario, tras lo cual le pidió que saliera del banco, que igualmente obedeció, y ha reconocido que el supuesto autor de los hechos se mostró "tranquilo" en todo momento.
Han declarado asimismo varios agentes de la Guardia Civil, el instructor de las diligencias y los que realizaron la inspección ocular del lugar, así como los que se acudieron a la entidad bancaria tras escucharse los tiros.
Escrito de la acusación
Según indica el ministerio público en el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, los hechos ocurrieron el 23 de noviembre de 2016, después de que el procesado A.S.C., que había recibido un préstamo de 43.000 euros de la entidad financiera, fue informado por un empleado de su empresa que el banco le había retenido 2.200 euros unos días por cuestiones de trámite.
Tras conocer esta circunstancia, el acusado fue a su vivienda en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) para coger una escopeta y numerosos cartuchos con los que se personó en la oficina bancaria.
Escopeta con dos cartuchos
Una vez allí, y tras cargar la escopeta con dos cartuchos, accedió al interior con el propósito ya determinado de acabar con la vida de las dos personas que habían participado en la concesión del préstamo hipotecario, el director de la sucursal y una de las empleadas de la misma.
Tras entrar en la oficina se dirigió directamente a la mesa de la empleada que estaba atendiendo a un cliente y, exhibiéndole la escopeta, la conminó a que le dirigiese al despacho del director, momento en el que también amenazó a una segunda empleada que se disponía a abandonar el banco al ver al acusado portar la escopeta.
Una vez que accedió al despacho del director, que en ese momento se encontraba atendiendo a un cliente, que abandonó rápidamente el lugar, el acusado se dirigió a él diciendo que lo había "engañado", disparando cuando se encontraba sentado en su silla de oficina, evitando cualquier reacción evasiva de éste, impactando el proyectil en su brazo izquierdo, según relata el fiscal.
"Poder quitarle la vida"
Acto seguido, el acusado rodeó la mesa de oficina para poder aproximarse aún más a la víctima, colocándose aproximadamente a un metro del mismo y disparándole de nuevo para rematarlo "y poder así quitarle la vida", sin que la víctima "tuviese la más mínima posibilidad de defenderse", según el fiscal, causándole la muerte.
El fiscal sostiene que tras acabar con la vida del director, el empresario procesado se dirigió a conseguir su segundo objetivo que era acabar con la vida de la otra empleada que había participado en la concesión del crédito.
Pero esta empleada, que al oír los disparos se había escondido debajo de la mesa del despacho, pudo evitar que disparara sobre ella moviéndose continuamente y ocultándose detrás del mobiliario de la oficina, fundamentalmente de una silla y una mesa, a pesar de que el procesado estuvo intentando buscar el ángulo correcto para dispararle.
Finalmente, el acusado "entendiendo imposible disparar con certeza y no pudiendo tener a tiro a la víctima por sus continuos movimientos", cesó en su empeño y abandonó la oficina bancaria, aunque antes de que llegara a salir de la sucursal fue detenido por un agente de la Policía Local de La Solana, mantiene el fiscal.
El representante del ministerio público considera al procesado autor de un delito de asesinato, por el que pide que sea condenado a 22 años de prisión, de un delito de homicidio en grado de tentativa, por el que solicita una condena de ocho años de cárcel, y de un tercer delito de amenazas en la persona de la segunda empleada de la sucursal, por el que demanda una condena de dos años de cárcel.