TOLEDO
Técnicos evalúan los daños tras la caída de un trozo de cornisa en la Catedral
Fue el sábado cuando se desprendió un trozo de cornisa en la calle Cardenal Cisneros
Fue el sábado cuando se desprendió parte de una cornisa de la Catedral de Toledo
Técnicos del Ayuntamiento y de la Catedral de Toledo han mantenido una reunión para analizar el estado de la fachada sur y proyectar un plan de actuación tras la caída de un trozo de la cornisa del templo primado este sábado.
Afortunadamente no ha hubo que lamentar daños personales tras la rápida actuación de los bomberos del Ayuntamiento de Toledo que retiraron el pedazo de piedra que se encuentra custodiado en el interior de la Catedral para analizarlo y tratar de averiguar las causas del desprendimiento de la piedra.
El concejal de Seguridad, Juan José Pérez del Pino, ha explicado que la coordinación con los técnicos es constante y que tras la inspección del sábado por parte de los bomberos se ha determinado que "inicialmente no hay ningún riesgo más" en la zona.
La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, ha consideradoque es el momento para hacer "una inversión importante" en la fachada sur de la catedral de la ciudad. Esta inversión es importante "para hacer allí una actuación, no solamente de seguridad que es lo primero y principal, sino también, por supuesto, de adecentamiento y arreglo de esa parte" del templo.
Tolón ha advertido que la fachada sur de la catedral de Toledo es la fachada del templo que está "más castigada por la erosión y por los años".
Por otra parte, Tolón ha indicado que el director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, Isaac Sastre, y el vicealcalde y concejal de Urbanismo y Vivienda, Hacienda, Patrimonio y Contratación del Ayuntamiento de Toledo, José Pablo Sabrido, se han puesto en contacto para determinar si en el Ministerio de Cultura y Deportes habrá algún tipo de ayuda importante para la catedral primada.
No es la primera vez que ocurre algo similar. En octubre de 2018, un trozo de cornisa de, al menos, 20 kilos de peso se desprendía desde una altura de 36 metros de la torre alta de la Catedral de Toledo.
En esa ocasión tampoco hubo que lamentar heridos, ya el aviso del desprendimiento se recibía a las 7 de la mañana, cuando afortunadamente había escaso tránsito de personas.
