SANIDAD
La hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad rara, poco conocida y grave
La unidad especializada en esta patología del Hospital de Toledo permite el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes que la sufren. Recientemente ha recibido el Sello de Excelencia por su trabajo.
La hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad rara y grave. La supervivencia sin tratamiento es menor a tres años a partir del diagnóstico, el que, en muchos casos, es difícil de llevar a cabo por lo común de sus síntomas y el poco conocimiento que existe entre los pacientes en lo que a la enfermedad respecta.
La unidad especializada del Hospital Universitario de Toledo, que trata esta patología, ha recibido recientemente el Sello de Excelencia por parte de la Sociedad Española de Cardiología gracias al trabajo que realizan diariamente.
El trabajo en equipo entre las distintas unidades, clave para el diagnóstico y tratamiento
María Lázaro, coordinadora de la Unidad de Hipertensión Arterial Pulmonar del hospital, ha explicado que, para poder tratar de forma correcta a los pacientes y poder llegar a un diagnóstico, es imprescindible el trabajo en equipo: "Trabajamos fenomenal entre los distintos compañeros de cardiología, neumología, medicina interna, reumatología y también a veces los compañeros de UVI. Hemos establecido una red fantástica de colaboración profesional y personal. Nos ayudamos mutuamente”.
Esta buena sinergia entre compañeros favorece al paciente y su tratamiento. La dificultad a la hora de diagnosticar la hipertensión arterial pulmonar radica en que su principal síntoma, la fatiga, es uno muy común en varias patologías, por lo que es difícil de identificar. Además, el envejecimiento de la población ha llevado a que el perfil de los pacientes sea cada vez más variado.
"Tradicionalmente ha sido una enfermedad de mujeres jóvenes de entre 20 y 30 años, aunque este perfil está cambiando". Cuanto más envejece la población, cada vez se encuentran más casos de hipertensión arterial pulmonar en pacientes más mayores y no solo en mujeres, "también en hombres".
Sin embargo, los avances médicos también han permitido que avance el tratamiento, prácticamente inexistente hace 30 años: "Ahora tenemos tratamientos orales, inalados, subcutáneos, intravenosos... y además hay una investigación espectacular en marcha".
Gracias a esa investigación y el desarrollo de nuevos métodos para tratar la investigación, los pacientes han podido mejorar su esperanza y calidad de vida.