Las razones del Gobierno para frenar el ATC: dudas sobre el terreno y un proyecto "caducado" en 2010
La "certeza" de que no se dialogó lo suficiente con las partes y las "dudas" sobre la idoneidad del terreno y sobre un proyecto de 2006 "caducado" en 2010. Estas son las razones por las que el Gobierno de Pedro Sánchez ordenó congelar el proyecto del cementerio nuclear de Villar de Cañas.
Así lo ha explicado la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en su comparecencia a petición propia en la Comisión del Congreso de los Diputados. El pasado 25 de julio, el Consejo de Seguridad Nuclear ordenó la paralización del proyecto de Almacén Temporal Centralizado (ATC).
La ministra, además, ha anunciado que el nuevo Plan de Gestión de Residuos Radiactivos estará listo en 2019. Espera presentar un borrador, ha dicho, a principios del próximo año e impulsar su tramitación "a la mayor brevedad posible".
Rechazo de Castilla-La Mancha
En 2014, el Gobierno de Mariano Rajoy ordenó valorar la autorización para su construcción. Sin embargo, según la ministra, la capacidad de diálogo con las partes sobre este asunto fue "manifiestamente mejorable", lo que explica el rechazo generalizado, ha dicho, del propio Congreso de los Diputados y de las Cortes y el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Además de esta "certeza", Ribera dice que ha basado su decisión en dos "dudas". En primer lugar, la duda sobre la idoneidad del emplazamiento elegido, cuestionado técnicamente; y en segundo lugar, "dudas de fondo sobre el proyecto mismo, sobre la concepción y las características propias, en la medida en que se trata de un marco de un plan de gestión de residuos radiactivos de 2006, caducado en 2010" y no actualizado desde entonces, a pesar de las peticiones de los grupos parlamentarios.
La ministra ha expuesto que hay que conocer "el volumen de residuos y cómo va a evolucionar nuestro mix energético" antes de tomar una decisión sobre un proyecto de este calado. Todo tiene, recuerda, "un impacto económico y una asunción colectiva de riesgo".