CASTILLA-LA MANCHA
Page en la zona cero de la Dana: "No estamos solos como tampoco lo van a estar los damnificados de Letur"
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha desplazado a la zona afectada por dos riadas en Letur
Desde el casco antiguo de Letur, zona cero de la zona devastada en la provincia de Albacete por la Dana, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page ha agradecido la solidaridad prestada a nuestra región, una de las más afectadas por la Dana después de la Comunidad valenciana. Por ello, Castilla-La Mancha ha solicitado la declaración de los que se conoce como 'zona catastrófica'.
García-Page ha señalado que ha recibido mensajes de Casa Real, Gobierno de España así como de la dirección nacional del PP y presidentes de Comunidades Autónomas que les han ofrecido su ayuda.
En este punto el presidente regional ha querido lanzar un mensaje a los vecinos de Letur asegurando que "no estamos solos como tampoco lo van a estar los afectados", en referencia a los difíciles momentos que quedan por delante tras las dos riadas que han arrasado con la parte más baja de la localidad y que han dejado en la localidad de la Sierra del Segura al menos un muerto y cinco desaparecidos y multitud de daños.
El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, también en Letur, ha asegurado que el PP estará "a disposición" del Gobierno regional para apoyar la petición de declaración de zona catastrófica, y ha subrayado que las diputaciones de Ciudad Real y Toledo, gobernadas por su partido, "han ofrecido todos los equipos de emergencias" para atender esta "dantesca" situación.
En la localidad hay desplegados cerca de 200 efectivos. Un operativo al que este mediodía se sumaban buzos de la Guardia Civil.
El centro antiguo de la localidad sigue acordonado, con la calle principal engullida por la riada. Guardia Civil, bomberos del Sepei y efectivos de Geacam trabajan desde primera hora para tratar de localizar a los desaparecidos.
Cruz Roja ha habilitado un servicio, en el puesto de mando, donde atiende a familiares y voluntarios en una jornada en la que la mayoría de los operadores siguen caídos y no hay agua potable ni luz.