CASTILLA-LA MANCHA

La mujer más anciana de Castilla-La Mancha: "Me llamo Dolores, tengo 109 años y sigo viva"

Apenas tiene dolencias graves, solo toma una pastilla para la circulación de la sangre y aún mantiene su sonrisa.

Dolores Buitrago, la persona más anciana de C-LM.

Dolores Buitrago, la persona más anciana de C-LM.SANTOS MONROY/EUROPA PRESS

Redacción CMM
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Dolores Buitrago, natural de Villanueva de San Carlos, Ciudad Real, aún se asombra cuando le recuerdan su edad: 109 años. "Me llamo Dolores, Lolita, Lola; tengo 109 años y sigo viva", asegura con voz débil, pero muy clara a pesar de haber vivido más de un siglo. Una edad que la ha convertido en la persona con más edad de Castilla-La Mancha y la número 20 de España.

Nació el 30 de junio de 1914, por lo que en pocos meses celebrará los 110 años de vida. Hija de Paco, el posadero del Pardillo (como se conocía a su pueblo), apenas presenta dolencias graves, solo toma una pastilla para la circulación de la sangre y conserva parte de la motricidad, así como su sonrisa. "Es una máquina", dice Lola, su cuidadora.

Si se le habla muy alto al oído, reacciona con naturalidad, responde a su nombre, se reconoce como viuda, da señas de su marido y de su pueblo. Para Pilar y Ana, hija y nieta de Dolores, el secreto de su longevidad radica en el amor: en una larga historia de amor correspondido por su familia y vecinos que comenzó a las puertas de la I Guerra Mundial.

Testigo de una guerra

De guerras sabe bien Dolores, que tuvo que sufrir la Guerra Civil. Aunque no recuerda haber pasado mucha hambre, gracias a que su padre gestionó la intendencia de suministros para las tropas republicanas, sí tuvo que sufrir la separación de su amado, Santiago Ortiz. Mientras que él quedó atrapado en Córdoba, bajo el mando de los sublevados, ella se mantuvo en Puertollano, tierra en manos republicanas. Acabaron separados por un telón de odio y sangre, sin saber nada el uno del otro durante años. En un vídeo que le grabaron hace algunos años, Dolores relata: "He vivido una guerra, y buena, y prefiero morirme antes de vivir otra".

Tres años más tarde, su amor volvió. Ese fuera, posiblemente, uno de los momentos más felices de su vida. Se casó con Santiago en 1941. Tenía 27 años. Aquella prueba de amor fue el preludio de toda una vida de brega por la familia y afán de servicio a sus vecinos.

Dolores salió siempre adelante. Siguió a su marido en sus diferentes destinos: Algeciras, Dos Hermanas, Azuaga, Caniles, Montijo, Puerto de Santa María. Y, llegado un momento, decide establecerse en Puertollano.

Una mujer "fuerte, moderna y adelantada a su tiempo"

Pilar y Ana recuerdan que Dolores ha sido, y es, "una mujer fuerte, moderna y hasta adelantada a su tiempo". "Ha sido luchadora frente a las convenciones y la falta de trabajo y de recursos, siempre desde la humildad, con muy buen talante y sentido del humor", recalcan.

Fiestera y carnavalera, aunque de carácter sosegado, ha apreciado por encima de todo su independencia. "Prefiero comer un trozo de pan y cebolla con tranquilidad que una chuleta de cordero regalada", solía decir a su padre.

Pese a que ha sufrido mucho, consideran que Dolores ha tenido una vida plena y feliz que le ha compensado con el cariño de tres hijos (Pilar, Paco y Santiago), ocho nietos (Javier, Guillermo, Ana, Arturo, Teresa, María Dolores, Beatriz y Santiago), y doce bisnietos (Carmen, Adriana, Arturo, Lola, Julia, Javier, dos Marías, Ariadna, Fernando, Rosabel y Martina).

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