A juicio el gerente de una empresa de Piedrabuena por abusos sexuales
La Audiencia Provincial de Ciudad Real juzga hoy al gerente de una empresa de la localidad de Piedrabuena, como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales a una empleada, para el que el fiscal solicita ocho años de prisión.
Según el fiscal en el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, los hechos tuvieron lugar entre junio de 2016 y abril de 2017, cuando la víctima estuvo trabajando en la empresa de la que es gerente el procesado, hasta que fue despedida.
En ese periodo, J.L.M., de 64 años, "en ejecución de sus antijurídicos y torcidos propósitos, en múltiples ocasiones, en la sede de la empresa le realizó tocamientos en pechos, glúteos y cintura, pese a que ella siempre le manifestaba de modo claro y terminante su negativa", mantiene el fiscal.
Detrás de un biombo, la víctima ha relatado cómo su jefe, aprovechándose de su posición, abusaba sexualmente de ella cuando estaba sola. Admite, sin embargo, que una vez entró al vestuario de mujeres para hablar con ella y que la despidió por no querer ir a limpiar a su casa particular.
Se piden ocho años para el acusado
El ministerio público detalla que hacía estos tocamientos "valiéndose de su posición en la empresa", cuando la empleada desempeñaba su trabajo, a la que sorprendía cuando estaba desprevenida y no había terceros.
El encausado hacía habitualmente los tocamientos encima de la ropa de su empleada, "si bien también llegó en alguna ocasión a tocarle el pecho izquierdo, desabrochándole el sujetador y quitándole los tirantes", apunta el ministerio público, que añade que en otra ocasión, "la sorprendió por detrás y, girándola y sin su consentimiento le introdujo un dedo por la vagina".
La víctima ha necesitado tratamiento
A consecuencia de estos hechos la víctima, de 39 años, ha sufrido trastorno de estrés postraumático, con control y seguimiento ambulatorio en una unidad de salud mental y precisó el ingreso en una unidad de hospitalización breve en febrero de 2018.
Para el fiscal, los hechos constituyen un delito continuado de abusos sexuales, por el que pide una condena de ocho años de prisión, así como que se le prohíba acercarse a la víctima a menos de 200 metros durante 15 años e intentar comunicarse con ella por cualquier medio durante este mismo periodo de tiempo.
El acusado ha negado los hechos.