Desarticulada una red internacional que introducía en España grandes cantidades de cocaína oculta en carbón
Operación contra la droga a gran escala con la desarticulación de una red de tráfico internacional que operaba, entre otras provincias, desde Cuenca.
Agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y de la Agencia Tributaria han desarticulado una organización criminal dedicada al tráfico internacional de cocaína a gran escala oculta entre carbón, ya que simulaban un tejido empresarial legal para introducir la sustancia ilegal a través de los principales puertos españoles.
La operación desarrollada en las provincias de Cádiz, Cuenca, Madrid, Málaga, Murcia, Sevilla, Tarragona y Valencia ha llevado a la intervención de 2.065 kilogramos de cocaína y han sido detenidas 12 personas a las que presuntamente se les acusa de introducir notorias cantidades de cocaína en España.
Las investigaciones se iniciaron a principios del pasado 2020 sobre un núcleo de individuos asentados en las provincias de Murcia y Sevilla, dando lugar a la identificación de una organización criminal cuya finalidad era crear un tejido empresarial de apariencia legal, importando carbón vegetal entre Sudamérica y Europa para poder introducir, sin ser detectados, grandes cantidades de cocaína en España a través de los principales puertos españoles.
La red se vio afectada por el Covid
Con ese objetivo, la organización comenzó su actividad a través del Puerto de Barcelona, llegando a introducir decenas de contenedores del referido carbón. Una vez que los contenedores llegaban a Barcelona, eran trasladados a una nave que la organización había alquilado en Tarragona, para que, posteriormente, algunos de los investigados se encargaran de realizar la descarga de la sustancia estupefaciente.
Tras varios meses, como consecuencia de las limitaciones derivadas de la pandemia del coronavirus y con el objeto de dificultar el control aduanero, los investigados se vieron obligados a cerrar dicha vía de entrada, teniendo que generar toda la infraestructura y logística nuevamente en el Puerto de Algeciras desde mediados de abril.
Durante los siguientes meses se pudo identificar plenamente a todos los componentes de la estructura criminal, estando liderada por dos familias cuyos principales miembros se encontraban en Brasil y Paraguay, desde donde gestaron toda la operativa de la importación de la cocaína.
El siguiente escalón estaba conformado por individuos que creaban empresas con la intención de simular un tráfico de mercancía legal con productos como carbón, arroz, melaza o productos sanitarios, muy demandados en la actual crisis sanitaria.
Estos últimos se encontraban afincados en Sevilla y operaban en las localidades de Marbella, Algeciras, Cádiz y la propia capital andaluza. Los líderes de la organización incluían testaferros en todas las empresas con el fin de ocultar la verdadera identidad de los mismos y obtener abundantes beneficios tras la introducción de la mercancía.
Experta en blanqueo
El nexo de unión entre la cúspide de la organización y la rama empresarial se consolidó en Valencia con una experta en blanqueo de capitales que canalizaba el dinero de la organización para capitalizar la operación de narcotráfico, diversificando sus métodos de actuación y ocultamiento con el uso de criptomonedas.
"Esta persona era garantía de éxito, pues muchas mafias de países del este de Europa y de Sudamérica recurrían a sus servicios debido a la facilidad de ocultar el dinero originado con el tráfico de drogas, armas o la trata de personas, y darle salida para seguir financiando el crimen organizado al más alto nivel", señalan los investigadores.
Debido a la alta especialización de la organización, fue necesaria la intervención de más de cien líneas telefónicas por parte de los agentes, así como numerosas vigilancias y seguimientos por numerosas provincias españolas. También fue necesario el análisis de casi 200 contenedores importados desde los puertos de Brasil y Paraguay hasta España.