Las Turbas de Cuenca, accesibles e inclusivas

Por primera vez en su historia, en la procesión Camino del Calvario de Cuenca saldrán personas invidentes. Junto a una de ellas, también estará Randy, un perro guía que acompañará a su dueño a vivir una procesión única, en la madrugada del Viernes Santo, que no deja indiferente a nadie.

La Semana Santa es la fiesta de Cuenca por excelencia y quiere ser inclusiva y accesible. 

Este año, las Turbas contarán con  nuevos integrantes. El objetivo es que las personas con discapacidad audiovisual pierdan el miedo a participar en esta cita que reúne a miles de personas.

Carlos es ciego total y con su perro guía, Randy, saldrá por primera vez en la procesión.

Esto es posible, gracias a la colaboración que, este año, han llevado a cabo la ONCE y el Grupo Turbas.

Participarán alrededor de 15 personas entre afiliados y trabajadores.

Algunos ya habían sido turbos anteriormente y pensaban que tras padecer la ceguera no podrían volver a procesionar nunca.

Una iniciativa deseada y celebrada por todos y que vivirán entre los tramos más accesibles que transcurren entre la iglesia de San Esteban y el Puente de la Trinidad.

Su participación hará de las Turbas, una procesión más emocionante e inclusiva.