Continúa el descenso dramático de agua embalsada en Entrepeñas y Buendía

Los pantanos de cabecera del Tajo continúan contra las cuerdas y almacenan la mitad de agua de la que embalsaban hace justo un año. Si ahora están a poco más de un 13 por ciento de su capacidad el verano pasado rozaban casi el 25 por ciento. Una situación dramática que se puede complicar aún más si tenemos en cuenta que entre julio y agosto los embalses podrían ir bajando una media de 10 hectómetros cúbicos semanales.

Semana a semana desciende el nivel del agua embalsada en Entrepeñas y Buendía. Esta semana los datos de los pantanos de la cabecera del Tajo se sitúan en 328,999 hectómetros cúbicos. Han bajado 6,183 hectómetros cúbicos con respecto a la que almacenaban la semana pasada. Se encuentran por tanto al 13,29 por ciento de su capacidad total de 2.474 hectómetros.

Este dato supone que los embalses de cabecera continúan por debajo del umbral mínimo no trasvasable según la Ley de Evaluación Ambiental, fijado para este año en 368 hectómetros cúbicos, una cifra que se alcanzó hace tres semanas.

Según la información aportada por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el embalse de Buendía almacena 3,064 hectómetros cúbicos menos que en la semana anterior, en total 212,692 hectómetros cúbicos, que suponen el 12,97 % de su capacidad total de embalse, que se sitúa en 1.639 hectómetros cúbicos.

A su vez, la reserva de agua en el pantano de Entrepeñas ha bajado 3,119 hectómetros cúbicos y almacena 116,307 hectómetros cúbicos, el 13,92 por ciento de su capacidad total, que es de 835 hectómetros cúbicos. Hace un año por estas fechas, los pantanos de cabecera del Tajo almacenaban 585,49 hectómetros cúbicos, que suponían el 23,66 por ciento de su capacidad total de embalse.

Las grandes extensiones de hierba y lodo sustituyen al agua, antaño atractivo turístico de la zona. Y eso alarma a los pueblos ribereños, sobre todo en esta época que triplican su población. En Chillaron del Rey ya han tenido que acudir a los camiones cisterna para su abastecimiento.

Y todo en un verano que acaba de empezar. Si se cumple la media histórica de descenso mensual cercana a los 40 hectómetros cúbicos, los pantanos podrían llegar prácticamente vacíos al mes de septiembre.