Castilla-La Mancha, camino de la sequía por un comienzo de año cálido y seco, según la AEMET

La falta de lluvia y el calor anómalo en este primer trimestre de 2019 tiene sus efectos en las lagunas de Villacañas, Toledo

Susana Palomo Gómez
Seguir al autor

El clima seco y las altas temperaturas que ha registrado Castilla-La Mancha en los primeros meses de 2019 la encaminan a una sequía que por ahora no confirmada, según la delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla-La Mancha, Paloma Castro.

En 2018  el volumen de agua embalsada fue mayor que en 2017, pero de mantenerse esta meteorología podría derivar en estado de sequía.

No obstante, apunta Castro, habrá que esperar a ver qué ocurre en marzo, porque aunque los datos "apuntan a una sequía", puede ocurrir como el año pasado, cuando se produjo un calentamiento súbito estratosférico, se retiró el anticiclón y empezaron a entrar borrascas.

En cualquier caso, Castro ha reconocido que la comunidad autónoma está teniendo una serie de anomalías (desviaciones con respecto a la media) térmicas "muy significativas" además de falta de lluvia y nieve, pero aún así ha insistido en que "todavía no sabemosapunta a un cambio o no".

Un comienzo de año "anómalo"

El año 2017 los valores meteorológicos estuvieron todo el año por debajo de lo normal en la región, en 2018 esta situación se reprodujo solo en el mes de diciembre, pero sin embargo 2019 ha arrancado con anomalías de precipitación en enero y febrero que podrían remontarse en marzo.

En particular, además de las anomalías cálidas que han tenido lugar, febrero ha sido un mes muy seco de manera que en Toledo solo han caído 1,2 milímetros de agua (litros por metro cuadrado), en Albacete 3,6 milímetros y en Molina de Aragón (Guadalajara) 3 milímetros, siendo estos los tres lugares más secos, ha precisado la delegada regional de la Aemet, junto con Ciudad Real (6,4 milímetros), Cuenca (1,4) y Guadalajara capital (0,6).

Un bloqueo anticiclónico

Un clima seco que, según Castro, se debe a que el anticiclón ha estado encima de Castilla-La Mancha de manera "persistente y permanente", con lo cual este "bloqueo anticiclónico" ha impedido que pasen las borrascas salvo algún frente suelto.

Tampoco ha nevado, ha agregado, excepto algunos copos caídos en la parte norte de la serranía de Guadalajara pero "no en cantidades suficientes", mientras que en el año 2018 nevó en Molina y en la Serranía de Cuenca.

Todavía no se puede hablar de sequía

Aún así, la situación de los embalses -por debajo de los diez últimos años pero por encima de 2017- es determinante para no hablar de sequía todavía, y que en la actualidad el volumen de agua embalsada en la región ronda los 2.000 hectómetros cúbicos, el 36,35 por ciento de la capacidad de los embalses, mientras que en el verano de 2017 esta cifra bajó hasta los 1.600 hectómetros cúbicos.

Con respecto a las anomalías de temperatura, la responsable de la Aemet en la región ha destacado que han sido "muy grandes" y se han alcanzado los 1,7 grados por encima de lo normal en Toledo; 1,2 en Ciudad Real; 1,6 en Guadalajara; 1,4 en Cuenca; y un grado de anomalía térmica en Albacete.

Todas estas cantidades están por encima de las registradas en 2018, en cuyo año la anomalía media en la comunidad castellanomanchega fue de 0,1 grados y la máxima registrada fue en Albacete con 0,8 grados centígrados.

Con todo, el pasado año fue cálido y húmedo a la vez, en el que Albacete registró una anomalía de precipitaciones de 55,7 milímetros y un total de 408,7 litros por metro cuadrado.

En el resto de provincias, también hubo anomalías cálidas pero las cantidades de precipitación acumuladas fueron mayores (414 milímetros en Toledo y 659,8 en la comarca de Las Parameras de Molina de Aragón).

Por tanto, el Alto Tajo logró remontar en el mes de noviembre de 2018, ha subrayado Paloma Castro, y el año acabó con la cuenca del Guadiana al 54 por ciento y la del Tajo al 52 por ciento, cantidades muy encima de 2017.

Temas