Aumentan las renuncias de herencias por los impuestos de la ley de sucesiones
En esta vida nada es gratis. Tampoco recibir una herencia. Hay que pagar impuestos, que en muchos casos pueden arruinarnos. Desde que empezó la crisis en 2007, en Castilla-La Mancha, se han triplicado las renuncias a las herencias. Si alguien le nombra heredero, sepa que lo es, para lo bueno y para lo malo.
Recibirá los activos, sí, dinero e inmuebles, fundamentalmente. Pero también, los pasivos: las deudas. Y ahí es cuando la cosa se pone fea al saber que tenemos que acudir a ahorros o préstamos para pagar las deudas del fallecido. Desde que empezó la crisis en 2007, el número de renuncias a herencias a nivel nacional, ha aumentado un 240%.
En Castilla la Mancha, el año pasado año hubo 673 renuncias a herencias, más del 10% del total. El triple que hace ocho años.
Y eso que nuestra región tiene uno de los impuestos de sucesiones más bajos, si la comparamos con Andalucía o Cataluña, que son de las que más tributan.
Si se quiere evitar que una herencia acabe siendo la ruina para la familia, los expertos recomiendan aceptarla "a beneficio de inventario".
Y si renunciamos a ella la herencia recaerá sobre las sucesivas líneas de herederos. Y si todos la rechazan es el Estado el que la asume y éste sí obviamente, se queda sólo con lo bueno.