GANADERÍA

ASAJA pide poder aprovechar la lana de oveja como abono orgánico

En torno a 5 millones de kilos de lana de oveja se amontonan en las explotaciones de Castilla-La Mancha sin que tenga ninguna salida.

Esquileo de una ovejaCMM

Redacción CMM/el campo
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ASAJA CLM sostiene que hay una solución inminente y muy próxima para gestionar toda la lana que sigue acumulándose en las explotaciones. 

Tras reunirse con la Consejería de Agricultura, afirma que hay entre tres y cinco millones de kilos aparcados desde hace al menos dos campañas. La falta de salida comercial de este producto hace preciso buscar una alternativa a corto plazo para toda la cantidad almacenada.

Así, la opción que parece que cobra peso es que se pueda utilizar como abono orgánico

De hecho, ASAJA CLM ha pedido que se pueda mezclar con basura y estiércoles. Esta práctica “es una opción totalmente ecológica, ya que la lana es un subproducto muy útil para biodegradar y compostar, pero es necesario que la Consejería y el Ministerio de Agricultura aprueben y reconozcan esta medida como válida”.

La iniciativa no es nueva, ya lo están haciendo en otras comunidades como Aragón

La organización agraria, que se ha reunido con el director general de Ordenación Agropecuaria, Joaquín Cuadrado, ha asegurado que la Administración regional ha trasladado la petición de ASAJA CLM al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y ya han comenzado las negociaciones al respecto.

Igualmente, a medio y largo plazo, la organización agraria ha solicitado a la Administración regional que se continúe trabajando para dar nuevos usos y tratamientos para la lana de oveja y evitar así que se repita esta situación de cara al futuro. 

El secretario general, Florencio Rodríguez, ha señalado que “este problema no es nuevo ni exclusivo de Castilla-La Mancha, ni si quiera de España, y ya hay muchos estudios que ofrecen muy buenas alternativas de reutilización para la lana, una de las fibras naturales más sostenibles y renovables”.

Además, con ello, no sólo se contribuiría a un modelo de economía circular comprometido con la sostenibilidad ambiental, sino que también se dotaría de valor comercial y se encontrarían nuevos mercados a un producto marcado en los últimos años por la baja rentabilidad y la escasa demanda. “Lo que antes era un producto clave para la industria textil y para la exportación, ahora se ha vuelto un residuo sin valor económico, por lo que seguiremos trabajando para tratar de dar una segunda vida a la lana”, han indicado desde la organización.