EN PROFUNDIDAD
Varias comarcas de Cuenca denuncian la falta de personal en Correos
Primero fue en La Manchuela, se extendió a La Mancha conquense y se acabó generalizando en Tarancón
En muchos pequeños pueblos, el cartero, es algo más que un repartidor: da conversación y compañía a nuestros mayores. Además, es una figura imprescindible para aquellos que no se manejan en las nuevas tecnologías y que siguen con las cartas de toda la vida.
En varias comarcas de Cuenca, desde principios de año, se han ido produciendo bajas de varios repartidores, que tardaron en reemplazarse, y que provocaron que muchos de los vecinos perdieran citas médicas o acabasen pagando las facturas con recargo.
Su trabajo es fundamental, vital y público. Los repartidores de Correos son trabajadores que siempre aparecen por nuestros pueblos, conocen cada rincón y a cada vecino. Son el elemento que siempre está y nunca falta.
Sin embargo, desde principios de año varias comarcas de la provincia de Cuenca empezaron a tener problemas de reparto. Empezó a faltar personal hasta convertirse en un grave problema. Primero fue en La Manchuela, se extendió a La Mancha conquense y se acabó generalizando en Tarancón.
Uno de los primeros ayuntamientos en denunciar la falta de repartidores y el problema que se estaba creando fue Sisante.
“Las bajas no son por capricho, son bajas más que motivadas por el exceso de trabajo y presión”.
La oficina de Correos de esta localidad presta servicio a una docena de pueblos del sur de Cuenca. Antiguamente había cinco trabajadores para repartir por este territorio tan extenso
Demasiado trabajo, demasiadas cartas, para un territorio tan extenso. Ese único repartidor tenía que atender para esos once pueblos. A 25 kilómetros de la oficina técnica de Sisante está El Cañavate. Tiene menos de un centenar de vecinos que trasladaban a la alcaldesa su preocupación por los retrasos.
Ese único repartidor empleaba su tiempo laboral y también el personal para poder atender a todos los vecinos, consciente de la situación
Desde los sindicatos, denuncian que la carga de trabajo de los carteros rurales de Correos ha disparado las bajas laborales. De los más de 220 empleados que tiene la compañía en Cuenca, hay una treintena de baja laboral.
Desde Correos, han emitido un comunicado donde aseguran que el servicio está garantizado en la provincia de Cuenca y que cumplen con la calidad exigida en cada momento. Un texto que desmiente Comisiones Obreras.
Ciertamente, algunas de las plazas se han cubierto en esos pueblos afectados, los pueblos sólo piden que se cubran todas las plazas para recuperen el servicio y los vecinos la tan importante figura del cartero rural. Porque, aseguran, que es mucho más que un repartidor, por su cercanía, su esfuerzo, su conversación y su compañía.
María José Izquierdo nos ofrece los mejores y más interesantes reportajes "En Profundidad" sobre la actualidad de nuestra región.