Abusos, violaciones en el matrimonio y malos tratos: "que otras personas no pasen por lo que yo he pasado"
En un plató en absoluto silencio y ante un conmovido Ramón García, Maika, de 73 años, contaba su historia en el programa En Compañía tras 32 años desde su divorcio. Hasta aquí, nada fuera de lo que los espectadores del programa están acostumbrados a ver cada tarde de lunes a viernes en la televisión de Castilla-La Mancha Media. Sin embargo, a medida que avanzaba la historia, el público pudo conocer la dura historia de la invitada.
"Es una de las historias más duras y más difíciles de contar que han pasado por aquí en cinco años y medio. (...) Quiero pensar que sigue habiendo gente buena, que hay hombres que cuidan a sus mujeres"
Nació en Barcelona y fue la tercera de cuatro hermanos. Desde pequeña, cuenta, no tuvo una infancia fácil en la que ella estuvo siempre en el último lugar frente a sus hermanos. Pero lo más duro de la historia estaba por llegar. Tenía nueve años cuando comenzó a sufrir abusos por parte de su padre, que duraron hasta los 12 años. Su padre le decía: "Ven, reina". Ramón García continúa: "El resto, tienen que leerlo ustedes entre líneas".
Ramón García: "A un padre hay que quererle. A un padre hay que adorarle, respetarle, hay que darle besos, hay que reírse con él, abrazarle, apretarle... no es el caso."
Malos tratos y violaciones en el matrimonio
Con los años, la situación de Maika no mejoró. Comenzó a trabajar, pero el dinero se lo quedaban sus padres. Inició un difícil noviazgo y, tras 11 meses, Maika se casó. La primera noche de la luna de miel, su marido desapareció. A la mañana siguiente le confesó que se había ido "con unas extranjeras a divertirse".
"Aguantar, callar, no decir nada porque en aquellos tiempos no existía el divorcio. Tenías que aguantar y si te habías casado, era para toda la vida, tenías que aguantar lo que viniera: palizas, desprecios... lo que hubiera. Tenías que tragártelo."
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En este matrimonio Maika tuvo 3 hijos. Ella esperaba que el comportamiento de él con sus hijos fuese bueno, pero no fue así. "Su marido entraba en casa y ni les miraba (a ella ni a sus hijos)", cuenta Ramón García. "Eres fea. Cuando sales por una esquina, sale antes tu nariz o tus pechos. Eres horrorosa" son las palabras "más bonitas" que Maika recibía dentro de su matrimonio.
Denuncia en el 016
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 51 idiomas diferentes. Una llamada que no deja rastro en la factura, si bien hay que borrarla del registro de llamadas del teléfono móvil.
Los menores también pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10, y los ciudadanos que sean testigos de alguna agresión deben llamar al 112
Las infidelidades continuaron hasta que le pilló con otra mujer. "Seguid, que yo me voy" dando por terminado un infierno que duró 21 años. "Ahí fui tonta, porque perdí el piso" por abandono del hogar, "por no estar bien informada". La firma del divorcio se atrasó un año en el que Maika soportó el recrudecimiento de los malos tratos, llegando incluso a sufrir violaciones en el matrimonio.
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Maika rehizo su vida con un señor viudo y a los 51 años, por primera vez en su vida se sintió querida. Cuando a él le detectaron el cáncer ella lo cuidó hasta su fallecimiento. En este tiempo la vida de Maika tampoco fue fácil porque durante estos años a su hija mayor le detectaron cáncer de mama con 28 años. Falleció con 32 años.
Dejó Barcelona y su mudó al sur, a Lucena, Andalucía, dónde decidió comenzar una nueva vida. Desde allí viene al plató de En Compañía para comenzar una nueva vida, conocer a una buena persona, educada, cariñosa con quien compartir el resto de su vida.
El abrazo de Ramón García
Tras conocer la historia de Maika, su fuerza y valentía al contar en directo su historia, el presentador de Castilla-La Mancha Media no pudo contenerse y, después de dos años sin hacerlo, abrazó a la invitada del programa "porque lo necesito y porque ella se lo merece".
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