Trump pone en marcha el proceso para construir el "muro" en la frontera con México
El nuevo inquilino de la Casa Blanca se está dando mucha prisa en cumplir sus promesas electorales. Ha elegido el Departamento de Seguridad Nacional para escenificar la puesta en marcha de la nueva política de inmigración en Estados Unidos. Trump ha dado luz verde a la construcción del muro, que es quizás lo menos trascendente pero si lo más simbólico. Y lo ha hecho el mismo día en el que llegan a Washington D.C. dos ministros mexicanos para preparar la visita del presidente Peña Nieto prevista para la próxima semana.
Trump quiere un muro para proteger los 3185 kilómetros de frontera, de los cuales 1125 están vallados. En el resto, se ha demostrado que cualquier proyecto resulta extremadamente costoso y es muy complicado por razones geográficas. Pero el presidente quiere construirlo cueste lo que cueste. Ya dijo en campaña que tenía previsto gastar unos 120.000 millones de dólares, que luego pagaría México. Ahora busca los fondos de dónde sacar el dinero y ha llegado a pedir los detalles de la ayuda que Estados Unidos destina anualmente a su vecino del sur.
La segunda medida aprobada en las últimas horas tiene por objeto acabar con las llamadas "ciudades santuario". Ciudades donde las autoridades locales se niegan a entregar a los indocumentados que detienen para su deportación. Para acabar con esta práctica, Trump ha incrementado el presupuesto para contratar a 5000 agentes cuya misión será ir a la caza de los sin papeles. Su prioridad son los 3 millones de inmigrantes ilegales con antecedentes penales.