Escalada de la retórica militar entre las dos Coreas

Elena Labrado Calera
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Una "terrible explosión", tal y como lo describe la agencia de noticias norcoreana KCNA, destruye el edificio de la oficina de enlace entre Corea del Norte y Corea del Sur, símbolo de la distensión entre los dos países. Una acción por parte de Pyongyang que ha llevado al Consejo de Seguridad Nacional surcoreano a mantener una reunión de urgencia. Tras la cual, la Presidencia subraya su "fuerte rechazo" a la destrucción de la oficina y, en un aviso especialmente duro tras los últimos intentos de acercamiento, no ha descartado medidas de respuesta.

"Responderemos con contundencia si Corea del Norte emprende cualquier acción que empeore la situación", ha aseverado un portavoz, Kim You Geun. Seúl, que ha atribuido a Pyongyang la "responsabilidad" de todo lo que pueda ocurrir a partir de ahora, considera que la demolición traiciona "las expectativas de toda la población que desea el desarrollo de las relaciones intercoreanas y la obtención de la paz en la península".

Es el último de una serie de desencuentros que han venido produciéndose en los últimos tiempos entre ambas Coreas pero, al parecer, la mayoría iniciados desde el Norte. Pyongyang acusa a su vecino del Sur de no haber impedido el lanzamiento de panfletos de propaganda en la frontera hace unos días, lo que supuso la decisión de suspender la cooperación con Seúl. Corea del Sur se ha desvinculado de los grupos relacionados con ese lanzamiento.

¿Qué, y quién, hay detrás de este nuevo camino duro, contundente y belicista de Corea del Norte hacia Corea del Sur?

"Antes de que pase mucho tiempo, veremos una trágica escena de la inútil oficina de enlace conjunta Norte-Sur completamente destruida", había avisado Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un y a la que se considera como artífice de las últimas medidas del régimen de Pyongyang.

A este respecto, Germán Díez, analista de Seguridad en el Ministerio de Defensa, miembro y DIRCOM de SEIS, asegura que este proceso está relacionado directamente con el aumento de poder de Kim Yo-jong, hermana del actual líder, Kim Jong-un. En los últimos tiempos hemos asistido a la puesta en marcha de "una nueva política de confrontación, con intercambio de disparos en la frontera, una nueva reestructuración y mejora de su programa nuclear, con el desarrollo de nuevos misiles", sostiene Germán Díez.

Y, prosigue: "el líder cada vez aparece menos y, en alguna ocasión, se le ha visto con bastón. Mientras, su hermana ha llevado las relaciones con Corea del Sur. De ahí, que este cambio de política pueda entenderse como una llamada de atención a Seúl. Hay alguien nuevo llevando las riendas. Y, a la vez, también cabe la posibilidad de que, sabiendo que el mundo les observa, se trate de un golpe de efecto que prepare a su propia sociedad ante un posible cambio de liderazgo".

De momento, "ni Estados Unidos ni el único aliado de Corea del Norte, China, han reaccionado al respecto, probablemente por distintas razones. El primero porque los problemas internos se multiplican en pleno año electoral; y, Pekín, porque mantiene sus acuerdos económico-comerciales con Pyongyang", termina afirmando este analista de Seguridad.

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