Cumbre clave en la UE ¿habrá acuerdo para el reparto de 750.000 millones de recuperación económica?
La cumbre de líderes comunitarios destinada a acordar el plan de recuperación para la Unión Europea (UE) tras la pandemia de coronavirus ha entrado en un receso tras ocho horas de negociación en las que se abordaron las cuestiones más espinosas, como el tamaño del fondo de recuperación o sus condiciones, sin llegar a entrar en detalles.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, convocó un receso tras dos rondas de negociación en las que los jefes de Estado y Gobierno debatieron, en primer lugar, sobre el tamaño del presupuesto para 2021-2027 y los descuentos que reciben algunos países, así como sobre el volumen del fondo de recuperación y las condiciones para acceder a las ayudas.
La segunda ronda, más breve, se centró en los criterios para distribuir las ayudas del fondo, los nuevos recursos propios para el presupuesto europeo y el sistema para condicionar el acceso a fondos comunitarios al cumplimiento del Estado de derecho, indicaron fuentes europeas.
La cumbre comenzó hacia las 10.00 hora local (08.00 GMT) y, tras breves puntos informativos sobre Rusia y Turquía, se pasó a la negociación sobre la recuperación. El receso se prolonga hasta la cena, prevista para las 20.00 hora local (18.00 GMT), y se espera que después se organicen reuniones bilaterales o en pequeños grupos de líderes.
Michel quiere tener una visión clara de la arquitectura global del paquete antes de comenzar con las bilaterales, señalaron fuentes europeas. El presidente del Consejo aprovechará el receso para mantener consultas en "formato reducido", dijo su portavoz.
España e Italia se unen para evitar recortes al fondo de recuperación europeo
En las discusiones mantenidas hasta ahora, España se ha unido a Italia para defender que se mantenga el volumen del fondo de recuperación en los 750.000 millones de euros propuestos por la Comisión Europea, según fuentes diplomáticas. Algunas delegaciones, sin embargo, han planteado que se recorte el fondo, aunque dejando intacto el Instrumento para la Recuperación y la Resiliencia, su pilar fundamental y dotado con 560.000 millones de euros del mismo.
Cumbre que se extenderá hasta este sábado
Cumbre clave en la UE, en Bruselas, para España. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebran entre este viernes y mañana una cumbre presencial para intentar alcanzar un acuerdo sobre el plan de recuperación económica tras la pandemia de coronavirus.
Una reunión marcada por las profundas divisiones que todavía existen entre las capitales, con países del norte como Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Austria reclamando recortes a los que se oponen otros como España o Italia.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE estarán reunidos a priori hoy y mañana para tratar de cerrar un plan de recuperación de hasta 1,85 billones de euros que saldrían del presupuesto comunitario para 2021-2027 y de un fondo de recuperación financiado con la emisión de deuda conjunta.
El principal escollo será superar las reticencias que plantean principalmente Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha advertido de que todos los líderes europeos están "obligados" a llegar a un acuerdo en el Consejo Europeo que empieza este viernes y que tiene que decidir sobre el fondo de recuperación tras el coronavirus y el presupuesto plurianual.
?? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cree que "están obligados a llegar a un buen acuerdo".
A su llegada a esta cumbre, Sánchez ha considerado que el fondo que se apruebe debe servir para hacer que las economías de la UE sean "mucho más resilientes, verdes, digitales e inclusivas" y garantice de esta forma una cohesión no sólo territorial, también social.
¿Cómo será la agenda de reuniones?
Los líderes se reunen desde las 10.00 horas de la mañana en Bruselas en la que será su primera cita presencial desde el brote de coronavirus y el encuentro se extenderá hasta el sábado, sin una idea clara sobre su finalización y con muchas incógnitas sobre su resultado.
"Siendo sinceros, todavía no estamos cerca, el acuerdo no está garantizado. Al contrario, hay diferencias importantes", ha reconocido un alto funcionario europeo pocas horas antes del comienzo de la cumbre.
Ese es también el mensaje que han sugerido a lo largo de esta semana la canciller alemana, Angela Merkel, o el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, quienes se han mostrado dubitativos o incluso pesimistas al hablar de las posibilidades de un acuerdo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por su parte, urgió a lograrlo a lo largo de este mes.
Sánchez llega al Consejo Europeo después de haber realizado esta semana una gira por cuatro países europeos: Países Bajos y Suecia, dos de los gobiernos más reacios al fondo, y Francia y Alemania, cuyo apoyo ha sido fundamental para que la Comisión presentase una propuesta ambiciosa. La gira, explican fuentes del Ejecutivo, no estaba destinada a negociar, sino a argumentar y sensibilizar.
Sin embargo, los numerosos contactos de los últimos días parecen no haber acercado las posiciones. Nadie cuestiona la idea básica: la Comisión Europea acudirá a los mercados para captar fondos con los que construir el plan de recuperación. Pero a partir de ahí surgen multitud de discrepancias que hacen peligrar el pacto este fin de semana.
¿Cómo será el reparto de fondos de recuperación?
En primer lugar, los cuatro 'frugales' (Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria) comparten con Finlandia la opinión de que el fondo de reconstrucción debería ser inferior a los 750.000 millones que propuso Bruselas y mantuvo el presidente del Consejo europeo, Charles Michel. También cuestionan que la mayoría (500.000 millones) se vaya a dirigir a los países como transferencias directas.
España y otros países del sur, en cambio, creen que esta cifra total es el mínimo aceptable y también defienden que aumentar la proporción de préstamos supondría un endeudamiento adicional peligroso para sus finanzas. Además, fuentes diplomáticas creen que hay un "amplísimo apoyo" a los 750.000 millones y, por tanto, no hay razones para recortarlo ni para eliminar la parte de préstamos, una de las opciones que se barajan en la capital comunitaria.
Igual de complicado será el debate de la condicionalidad para acceder a las ayudas europeas. La propuesta de Michel prevé un papel para los Estados miembros a nivel de ministros para aprobar los planes de reformas de cada país, que recibirían 'luz verde' a través de un voto por mayoría cualificada. Pero Rutte exige la unanimidad en estas votaciones, lo que le daría el poder de vetar los planes y exigir reformas laborales o de pensiones a los socios del sur. EP