PSOE
Page cree que el 41 Congreso Federal del PSOE "debe ser útil a la sociedad y no dar imagen de búnker"
Desde Castilla-La Mancha acuden 80 delegados del partido liderados por Emiliano García-Page
Comienza el 41 Congreso Federal del PSOE en Sevilla días después de la dimisión del dirigente del PSOE madrileño, Juan Lobato, y las novedades judiciales sobre investigaciones que afectan al entorno familiar del Pedro Sánchez.
A la capital hispalense han comenzado a llegar los primeros delegados del millar que se da cita el cónclave al que Pedro Sánchez acude sin rival y con la intención de avanzar en sus políticas de izquierdas. Desde Castilla-La Mancha acuden 80 delegados del partido liderados por el presidente de los socialistas castellanomanchegos, Emiliano García-Page.
El también presidente regional ha rechazado plantear este Congreso Federal en términos "de resistencia" o "entronización", y ha abogado por evitar dar "la imagen de búnker".
"Lo verdaderamente importante es que el secretario general haga un informe político, exponga la gestión, rinda cuentas y, a partir de ahí, que se pueda establecer un debate: ya veremos si lo hace", ha declarado en Consuegra (Toledo).
Para el presidente castellanomanchego, lo más importante son los textos aprobados, "el catecismo" del PSOE, que él ha dicho tomarse "muy en serio" aunque "a lo mejor hay a quien no le importa lo que queda escrito" porque luego hace "lo que le da la gana".
El congreso se celebra bajo el lema "España adelanta por la izquierda", un concepto que quieren que funcione como motor para la consolidación del liderazgo de Sánchez y su proyecto político.
Uno de los aspectos que generará más debate será previsiblemente la financiación autonómica, asunto clave para Castilla-La Mancha. La ponencia plantea ahondar en un proceso de federalización del Estado y lograr un sistema de financiación "más justo y sostenible" que aumente los recursos disponibles de todas las autonomías y evite la competencia fiscal a la baja entre ellas.
Sin candidatos alternativos, Sánchez certificará en Sevilla su liderazgo una década después de haber llegado a la secretaría general del PSOE.
La principal duda es si la previsible renovación de cargos alcanzará o no al núcleo duro de Sánchez, especialmente al secretario de Organización, Santos Cerdán, a quien la oposición ha puesto en la diana tras ser señalado como receptor de presuntas comisiones en la trama Koldo.