Aglomeraciones en Madrid y Barcelona para festejar el fin del estado de alarma y del toque de queda
Miles de madrileños se han lanzado esta noche a las calles de la capital para festejar el fin del estado de alarma y del toque de queda, la mayoría jóvenes consumiendo alcohol en las calles ante la impotencia de la Policía Municipal que ha tenido que desalojar la Puerta de Sol.
En la Comunidad se ha dado la paradoja de que a las 23.00 horas los ciudadanos se tenían que recoger en sus casas porque aún regía el toque de queda y podían ser multados por no respetarlo, pero una hora después tenían de nuevo libertad de movimiento sin restricciones -salvo aquellos que residen en zonas concretas con una alta incidencia del virus-.
Pero muchos jóvenes se han saltado esta “hora fantasma”, no así los locales de restauración que han echado el cierre a las once de la noche y una hora antes han dejado de servir, conforme a la norma.
En el barrio de Malasaña, uno de los más alternativos y populares para salir de copas, se han producido concentraciones y aglomeraciones de jóvenes, que al grito de “puto toque de queda” y “libertad” se han reunido en la Plaza 2 de mayo, sin guardar las distancias y, algunos, sin mascarillas. En una de sus calles, Velarde, cientos de jóvenes han comenzado a correr ante la presencia de dos coches patrulla de la Policía Municipal, que los han perseguido mientras escapaban a la plaza. Se ha producido algún lanzamiento de botella en una calle asfaltada ya a las once de la noche de bebidas, vasos y basura. En la Puerta del Sol, la Policía Local ha desalojado la plaza en torno a las 23.30 horas ante la aglomeración de la gente, que se ha quedado en las calles aledañas esperando a que el reloj marcara las doce de la noche y decayese el estado de alarma.
Acordonada por los agentes de la Policía Local y Nacional, los jóvenes no han cesado de gritar la palabra libertad hasta que pocos segundos antes de las doce han empezado a corear una cuenta atrás que ha acabado con una carrera hacia el centro de Sol ante la mirada de los agentes.
Una hora después del levantamiento del estado de alarma, en torno a 400 jóvenes, seguían bebiendo, bailando, haciendo congas ante las cámaras de televisión y gritando sin cesar “libertad” y “Ayuso”, frente a la Real Casa de Correos, la sede del Gobierno regional.
La Comunidad de Madrid ha renunciado este viernes a prohibir la concentración de más de seis personas en espacios públicos o privados, aunque recomienda no hacerlo, con lo que será la primera vez desde el pasado 29 de julio que no habrá límite en el número de participantes en una reunión.
Ayer, uno de los temores de las autoridades madrileñas era que los más jóvenes, animados por el buen tiempo, se reuniesen en las vías públicas para consumir alcohol, algo que la conocida como ley “antibotellón” (Ley de Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos) prohíbe expresamente desde el año 2002 en la región.
El Ayuntamiento de la capital también anunció que los fines de semana iba desplegar un refuerzo de 200 policías municipales para controlar los botellones y el cumplimiento de los horarios de los locales, y el Gobierno regional aprobará el lunes un plan específico para prevenir esta práctica, con la ayuda de Policía Nacional y Guardia Civil.
La incidencia acumulada en la Comunidad lleva más de diez jornadas a la baja, situándose en 317 casos por cada 100.000 habitantes a catorce días, lo que supone que en una semana ha disminuido en 67 puntos.
Aglomeraciones en el centro de Barcelona tras el fin del estado de alarma
Medio millar de personas, muchas de ellas sin mascarilla y sin respetar las distancias de seguridad, se han reunido en la madrugada de este domingo en el paseo Lluis Companys de Barcelona, bajo el Arco de Triunfo, tras finalizar a las 00.00 horas el estado de alarma. Esta ha sido una de las principales aglomeraciones que se han registrado en la capital catalana una vez que ha decaído el estado de alarma y con él el toque de queda que en Cataluña estaba fijado a partir de las 22.00 horas.
Otros puntos en los que se han juntado decenas de personas han sido la plaza de los Ángeles, el paseo del Born, plazas como la de Gracia y la de la Revolución o diversas playas de la ciudad.
Con la restauración cerrada desde las 17.00 horas y el toque de queda a partir de las 22.00 horas, en Barcelona se han escuchado esta noche más fiestas en pisos particulares de lo habitual en las últimas fechas.
La medianoche se ha recibido con petardos y gritos de alegría, y a partir de entonces por la calles de la ciudad han empezado a circular barceloneses y turistas dispuestos a reencontrarse con la noche.
La Guardia Urbana ha desplegado a 260 agentes, un 30 % más de lo habitual, un dispositivo coordinado con los Mossos d'Esquadra, parecido al de la verbena de Sant Joan o Fin de Año, que ha buscado evitar aglomeraciones y botellones, hacer cumplir las restricciones vigentes por la COVID-19 y controlar el tráfico. El amplio dispositivo policial no ha impedido, sin embargo, que medio millar de personas se reunieran bajo el Arco de Triunfo, bailando y sin mantener las distancias mientras se entonaban consignas como "libertad".
Diversas furgonetas policiales han desalojado finalmente el paseo, si bien los jóvenes reunidos, una parte de ellos turistas, se han dispersado entonces por las calles aledañas. Con todo, muchos barceloneses han optado por despedir el estado de alarma con fiestas en pisos particulares, puesto que por primera vez en meses no había que mirar el reloj para volver a casa cumpliendo con la normativa.
Desde poco después de las 22.00 horas, cuando ha comenzado un toque de queda que ha terminad solamente dos horas más tarde, las fuerzas del orden han peinado las playas con el fin de evitar reuniones de más de seis personas.
A partir de este domingo, Cataluña da un salto importante en la relajación de las restricciones contra la COVID-19, dado que llega a su fin el cierre perimetral de la comunidad y el toque de queda nocturno.
Con el aval del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el Govern mantiene la limitación de 6 personas en encuentros sociales, en interiores y exteriores, a menos de que se trate de convivientes.
Una de las principales novedades es que se amplía el horario de la restauración para poder volver a servir cenas, de manera que bares y restaurantes pueden estar abiertos desde este domingo hasta las 23.00 horas.
EFE