Victoria Portilla, mujer rural: “Si tienes un proyecto, lucha por él. Ponle empeño y lo sacarás adelante”
Victoria Portilla llega con paso firme a nuestra entrevista, como firme fue el paso que dio en su día para emprender su proyecto: levantar su propia explotación ganadera en su pueblo desde cero, sin ovejas, ni parcela y con algún que otro obstáculo burocrático con la administración local.
Comprometida con el cuidado animal y el mundo rural, decide llevar a cabo uno de sus sueños en su pueblo natal, Boniches, enclavado en plena Sierra Baja conquense. Un pequeño municipio que cuenta con tan solo 130 habitantes y donde asegura que allí “tienes calidad de vida y puedes ser un espíritu libre”.
Victoria tiene claro lo que quiere: poner a Boniches sobre el mapa. En este Día Internacional de la Mujer Rural nos explica el esfuerzo que ha tenido que dedicar a su explotación hasta hacerla funcionar, lo que la convierte en un ejemplo de emprendimiento femenino.
A finales de 2020 decide emprender su negocio ganadero junto a su marido, Camilo. Talento y ganas de trabajar no les faltaron: “no teníamos ovejas propias. Mi marido y yo partimos de cero: compramos ovejas, nave y maquinaria” asegura Victoria.
En su negocio está involucrada toda la familia, también sus dos hijos, asegurando así el relevo generacional de su explotación. De hecho su hija Irene se ha convertido en la sombra de todos sus pasos e incluso la acompaña en esta entrevista.
Con vocación y mucho amor por los animales, esta licenciada en Educación Social y Trabajo Social eligió seguir vinculada al sector ganadero desde que en 2020 empezara a ejercer la profesión en su propia explotación ovina. No sin antes superar todo tipo obstáculos: “el primero y principal es ser mujer, es la primera traba que tienes”, afirma Portilla.
Y es que Victoria ha mamado el oficio desde niña. Su padre, pastor de profesión, le ha enseñado todo lo que sabe de este duro trabajo y de él ha heredado su amor y pasión por los animales y las ovejas.
Consciente de la vida de sacrificio que implica el campo, no reniega de él. Muy al contrario, desde muy jovencita acompañaba a su padre hasta el Cañizal cuando se iba a pastar y lo esperaba a su regreso de madrugada. Siempre quiso mejorar la calidad de vida de su padre y sus condiciones de trabajo. De hecho, con sus primeros ahorros, que obtuvo de una beca, le compró una moto para facilitarle el traslado a las fincas.
Si hay algo que reclama Victoria en estos momentos es mejorar la legislación y, en concreto, que “las leyes de los pueblos no se tengan que someter a las leyes de Castilla-La Mancha”. Asegura que es difícil cumplir con determinados requisitos, como que “para hacer una nave tienes que tener al menos una parcela de una hectárea y eso en un pueblo para alguien que empieza es difícil”.
Consciente del segundo plano en el que ha vivido la mujer rural, subraya que hay que darle voz al papel fundamental e imprescindible que desarrolla la mujer en las distintas explotaciones, tanto en primer plano como en la sombra. En muchas explotaciones son las mujeres quienes llevan las finanzas: “si la mujer quiere, la hacienda sube. Eso siempre se ha dicho”.
Como una más en la plantilla, Victoria se encarga de sus ovejas a diario y de manera más específica se ocupa de las parideras, donde confiesa no tener horarios ni una jornada limitada: “puedo ir por la mañana, a mediodía y por la noche para amamantar a los corderos recién nacidos para sacarlos adelante” nos cuenta.
El mundo rural lleva inherente la transversalidad y la pluriactividad y Victoria lo sabe bien. No solo es ganadera, también compatibiliza su profesión con trabajos de ayuda a domicilio y, además, colabora con la casa rural “La Tabarreña”, situada en el centro de Boniches.
El empoderamiento de la mujer rural es imprescindible para que más mujeres se atrevan a dar el paso y salir de la sombra de los hombres. Es esencial dar visibilidad a las mujeres de este medio para evitar un proceso de envejecimiento y masculinización de las zonas rurales. Según AFAMMER, Confederación Nacional de Federación y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural, de las más de 945.000 explotaciones que hay en España tan solo figuran como titulares o jefas de explotación 285.467 y desde el año 2011 tan solo se han producido 871 altas en el registro de Titularidad Compartida.