El riesgo de usar FaceApp, la aplicación rusa que envejece
Es algo aparentemente inofensivo, una aplicación que permite comprobar cómo el rostro reflejará el paso del tiempo. Pero, en el caso de la aplicación de moda, FaceApp, y solo con una foto, los usuarios pueden estar asumiendo unos riesgos de los que no son conscientes.
El problema radica en la política de privacidad. Al aceptar las condiciones de uso, el usuario está asumiendo la cesión de sus datos personales. Es algo habitual en cualquier app. Pero, al descargar esta aplicación, se acepta que Wireless Lab, la empresa rusa que ha desarrollado FaceApp, podría ceder esos datos a compañías colaboradoras.
Voces de alarma
Las primeras voces de alarma ya han surgido y apuntan que esta laxitud en la política de privacidad puede tener consecuencias imprevisibles para los usuarios. Empresas interesadas en tener acceso a sus datos personales solo tendrían que firmar contratos de colaboración con Wireless Lab para conseguirlos.
Y a ello se une un aspecto más: FaceApp no solo guarda datos de las imágenes de los usuarios que descargan la aplicación. También almacena otro tipo de información, desde la geolocalización del individuo hasta el sistema operativo móvil que utiliza o el modelo de aparato. Incluso es capaz de monitorear la actividad del usuario desde su dispositivo móvil y obtener datos de cómo interactúa con otros usuarios de la app.
El uso de los datos personales
Sin ser conscientes, los usuarios aceptan esa cesión de datos. El peligro, advierten los expertos, es que no sabrán el uso que se hará de ellos. Hay que tener en cuenta que la base está en Rusia, fuera de la Unión Europea, donde la legislación sobre protección de datos es muy estricta. Y tampoco se puede saber qué ocurrirá con esa información si la empresa desaparece.
La recomendación que lanzan los especialistas, por tanto, es leer con detalle las condiciones del servicio y no aceptarlas si no se comprenden o no se está de acuerdo con ellas. Son muchas las compañías que podrían estar interesadas en acceder y hacer uso de esos datos que los usuarios proporcionan con una simple fotografía, uso que casi siempre desconocerán.
