Las redes sociales ayudan a concienciar sobre el estado del río Tajo

La queja sobre el estado del río Tajo del influencer toledano Sergio Gómez (@ser0noser) se ha viralizado en pocos días. Más de 15.000 likes y casi medio millón de reproducciones que acerca un poco más a los jóvenes al problema que se vive en el río a su paso por la capital castellanomanchega. 

"Esto es una auténtica vergüenza", denuncia el toledano en su vídeo, en el que cruza la mitad del río andando, sin ninguna dificultad. 

Sergio ha vivido siempre en esta zona de Toledo y la frecuenta habitualmente para leer y pasar el rato, ha sido en esos momentos en los que, día tras día se ha dado cuenta de cómo el nivel del río ha ido bajando. "Me ha impactado ver el agua tan estancada", lamenta el toledano. 

Reconoce que, en cierto modo, esperaba el éxito de su reivindicación en las redes sociales porque "al toledano le duele el río", aunque por otro lado, apunta que "hemos mirado hacia otro lado", "no nos damos cuenta de lo que hemos perdido con el paso de los años". 

"Al toledano le duele el río pero hemos mirado hacia otro lado"Sergio Gómez, @ser0noser

Con su video muestra esta problemática a los jóvenes, quienes quizá no conozcan "cómo ha cambiado esta ciudad en tan solo 52 años". Como muchas familias tuvieron que cambiar su vida como consecuencia de la degradación del río Tajo.

45 años de reivindicación

Lo que ahora se reivindica por redes sociales, lo llevan haciendo durante años desde la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo. "Esto viene desde hace más de 45 años, desde que entró en funcionamiento el trasvase Tajo-Segura", apunta Alejandro Cano, presidente de la plataforma. "En aquel momento, el caudal del Tajo a su paso por Aranjuez se redujo a la sexta parte. El Tajo quedó amputado". 

"El río nos lo quitaron desde que empezó el trasvase"Alejandro Cano, presidente de la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo

"En Toledo el río ha desaparecido, se ha convertido en un sistema lagunar donde se van rellenando balsas de agua, como si fuesen bañeras". "El efecto de esa sucesión de estanques, nos engaña", explica Cano. 

Aunque ahora parezca imposible, antes era habitual que la gente nadara en el río Tajo, hasta que se prohibió en 1972. "Yo no he podido ver este río nunca limpio pero mis abuelos y mis padres que se han bañado aquí, sienten que se lo han quitado", ha señalado Sergio. 

Para cambiar la situación "tenemos que seguir trabajando y luchando para que nos devuelvan el río". Alejandro Cano anima a la gente a que se suscriba a las alegaciones que presentan desde la plataforma, quienes elaboran un plan de cuenca para seis años y que "es importante que todos nos involucremos en su mejora". 

Lo que sí está asegurado es que esta reivindicación tiene relevo generacional para que el Tajo no quede en el olvido.