Otros incendios, uno en Talavera, con los revestimientos como factores clave en la propagación

La imagen del edificio de Valencia en llamas nos trae a la memoria otros fuegos de gran virulencia similares como el del Windsor, la Torre Grenefells en Londres o incluso uno que se produjo el pasado año en Talavera. 

En este incendio en la Ciudad de la Cerámica el uso del poliestireno, material combustible en la construcción, también fue clave en la virulencia y propagación del fuego.

El 8 de mayo del pasado año se originó un incendio en Talavera de la Reina tras desprenderse una fachada medianera. Se encontraba al aire tras el derribo de un edificio contiguo. Ocurrió en un solar situado en entre paseo del Muelle y de la Estación.

No hubo que lamentar daños personales, aunque sí se desalojaron algunas viviendas, por un incendio que causó grandes llamaradas y columnas de humo. 

La rápida intervención de los bomberos impidió que el fuego entrase en las casas. 

En el caso del fuego de Valencia, la facilidad para combustionar del poliestireno, unido a las capas de aluminio y el fuerte viento podrían ser algunos de los factores que provocaron el incendio del Campanar. 

 Toni Hospitaler, profesor de ingeniería de la construcción de la Universitat Politècnica de València, en declaraciones a EFE asegura que con la normativa vigente hoy en día no podría darse un incendio como el ocurrido como el de Valencia cuya gravedad se explica por varias cuestiones: una fachada de tipo ventilado que crea un efecto chimenea, el uso de materiales combustibles en la construcción y el viento fuerte de poniente (cálido) que soplaba este jueves.

Este experto señala que este tipo de incendios se produce en todo el mundo. Se estima que al año hay aproximadamente cinco incendios de estas características por todo el planeta. Un problema que ocurre desde que se empezaron a usar nuevos sistemas constructivos con materiales combustibles en la fachada.

Qué dice la normativa

Asegura que el incendio de la Torre Grenfell en Londres, en 2017, fue un punto de inflexión, y a partir de ahí la normativa de construcción fue cambiando en toda Europa para evitar este tipo de siniestros.

En España lo hizo en 2019 con un Código técnico de la edificación, que recoge un documento de seguridad contra incendios. Señala que solo se permiten materiales no combustibles o muy poco combustibles y que no goteen, y en caso de utilizarse, "cada tres plantas se colocan unas barreras para evitar que el incendio se propague".