TRATA DE PERSONAS

Desarticulan una mafia china que vendía mujeres en España para prostituirlas

Se ha liberado a 33 mujeres y detenido a 30 personas, una de ellas en la provincia de Toledo

La operación ha concluido con 30 detenidos, uno de ellos en la provincia de Toledo.

La operación ha concluido con 30 detenidos, uno de ellos en la provincia de Toledo.

Redacción CMM
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Desarticulado una violenta organización china que se dedicaba a vender mujeres en España para ser explotadas sexualmente en una operación en la que han sido liberadas 33 víctimas, una de ellas menor de edad, y detenidas 30 personas, una de ellas en la provincia de Toledo.

Los arrestados -trece en la provincia de Barcelona, doce en la de Madrid, tres en Zaragoza y las otras dos en las de Toledo y La Rioja- formaban parte de una triada china conocida como 'Tian Xia She', con conexiones en varios países, presuntamente implicada en delitos de trata, tráfico de drogas, regularización ilegal de migrantes y extorsiones, informa la Dirección General de la Policía.

Durante la operación, efectuada conjuntamente con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, se han llevado a cabo catorce registros en España y uno en Croacia en los que se han clausurado dos pisos destinados a la prostitución y se ha desmantelado un laboratorio dedicado a falsificar documentos.

Las numerosas pesquisas desarrolladas durante más de dos años han permitido a los investigadores constatar la presencia en España de esta organización que usaba armas de fuego y todo tipo de armas blancas para sus actividades como acciones contra grupos rivales, extorsiones, ajustes de cuentas y cobro de deudas.

Aprovechaban la situación de vulnerabilidad de las víctimas

La triada aprovechaba la situación de necesidad y vulnerabilidad en la que vivían sus víctimas para ofrecerles un futuro mejor fuera de sus hogares y mediante engaño captaban a mujeres jóvenes y atractivas que terminaban siendo prostituidas en España, Grecia y Estados Unidos.

Se ha constatado el traslado de mujeres muy jóvenes, incluso alguna menor de edad, para venderlas a jefes de otras organizaciones asiáticas en España que pagaban grandes fortunas por ellas por el hecho de ser vírgenes.

Pasado el tiempo pasaban a ser explotadas en el ejercicio de la prostitución en los prostíbulos que gestionaba la triada.

Las víctimas que llegaban a España, todas de origen asiático, eran alojadas en pisos que la organización poseía en ciudades como Madrid, Barcelona y Zaragoza, en los que eran obligadas a ejercer la prostitución en unas condiciones cercanas a la esclavitud para saldar la deuda contraída con la red.

Con disponibilidad total las 24 horas todos los días carecían de libertad ambulatoria y eran obligadas a mantener relaciones sexuales sin medidas de protección e incluso en algunos casos eran forzadas a abortar.

La deuda inicial que adquirían las mujeres podía ascender a 10.000 euros pero para que la explotación se demorara en el tiempo la organización se ofrecía a regularizar de manera fraudulenta su situación mediante contratos de trabajo falsos y empadronamientos ficticios.

De este modo la deuda que tenían que saldar se podía incrementar hasta 20.000 euros.

Otra de las actividades que reportaba importantes beneficios al entramado era el favorecimiento de la inmigración irregular de ciudadanos en su mayoría de origen chino que llegaban a Europa a través de las rutas de los Balcanes, para ser trasladados a Centroamérica y desde allí a Estados Unidos previo pago de grandes cantidades de dinero.

La organización disponía de otro inmueble en el que alojaban a sus víctimas, que los líderes de la red denominaban 'nido de serpientes'

El tráfico de drogas era otra de sus fuentes de ingresos y lo desarrollaban principalmente sus miembros asentados en Zaragoza.

Contaban con menores de edad captados para encargarse del menudeo de drogas como la ketamina y la conocida como 'agua de dios' o 'agua sagrada', una sustancia de moda en la comunidad asiática usada para desinhibirse sexualmente con un precio que ronda los 300 euros la dosis.

La rama ubicada en Barcelona era la encargada de la seguridad de los prostíbulos y del resto de tareas necesarias para garantizar el funcionamiento de la red en toda España.

Para ello tenían equipos de seguridad en los que también incluían a menores que colaboraban en la expansión del negocio a través de la extorsión de locales de hostelería como karaokes y discotecas.

Se han incautado dos armas de fuego, 180.000 euros en metálico, una pistola eléctrica, machetes, defensas extensibles, puños americanos, navajas automáticas, chalecos antibala, 70 pasaportes, gran cantidad de 'agua de dios', diez vehículos de alta gama, 33 teléfonos móviles y abundante documentación.

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