El acusado del homicidio de Marwan en Yuncos reconoce el puñetazo pero "no intentaba matar a nadie"
El acusado de dar un puñetazo a Marwan y causar su muerte tras una discusión con él en el polígono industrial de Yuncos (Toledo), ha reconocido que le propinó el puñetazo a la víctima, pero que con este golpe no "intentaba matar a nadie", y ha justificado que le agredió de esta manera porque la víctima comenzó a insultarle, aunque no ha concretado qué palabras empleó para hacerlo.
La declaración se ha producido este martes, en la segunda sesión de este juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo, en el que el Ministerio Fiscal pide una pena de 15 años de prisión por un presunto homicidio doloso.
Ha narrado que circulaba por el polígono industrial de la localidad el 21 de marzo de 2019 junto al segundo enjuiciado en esta causa, -al que se le acusa de conducción temeraria-, cada uno en un coche a "una velocidad normal, de unos 20 kilómetros por hora" y una persona se cruzó por un lugar no señalizado, aunque la esquivaron, y seguidamente pararon los vehículos.
El acusado ha narrado que hubo "un momento de tensión"
El acusado ha narrado que se produjo un "momento de tensión" con mucha gente, momento en el que se encontraba la víctima, que era jefe de la persona que había cruzado de manera indebida. Ha asegurado que no recuerda si la víctima le miraba, pero sí lo ha situado como "una de las personas que estaba insultando", reiterando, que, tras su agresión, "no pensaba que iba a fallecer".
J.B.A ha incidido en que "todo el mundo gritaba en árabe" por lo que él se dirigió a su vehículo para tranquilizarse durante "uno o dos segundos", aunque acto seguido volvió al lugar de la pelea, porque se seguían escuchando insultos.
"Me pilló en un momento malo, me bajé y tuve el problema", ha afirmado, aunque ha matizado que la discusión ya estaba "creada" y que él se dirigió hacia su coche en un primer momento "para evitar el problema".
De su lado, I.H.L, al que se acusa de un delito de conducción temeraria, ha admitido que en el momento de la disputa se montó en el coche y dio marcha atrás a una velocidad elevada, porque se quería ir, pero finalmente no lo hizo porque el implicado en la pelea era su amigo y "no quería que le pasara nada".
Ha negado que quisiera embestir a las personas implicadas en la discusión, ya que antes había intentado mediar y ha señalado que no vio el momento en que J.B.A propinó el puñetazo a la víctima.
Este martes la fiscal y la acusación particular han manifestado que retirarán la petición de pena de cinco años de prisión para I.H.L por el delito de conducción temeraria, y lo rebajarán a dos años de prisión, al retirar el agravante, considerando que con esta conducción no pretendía "ir contra la vida de los demás".
Asimismo, la acusación particular retirará la petición para que I.H.L indemnice con 10.000 euros a la viuda del fallecido y sus cuatros hijas, respectivamente, pues considera que no fue responsable directo del daño causado a la víctima.
Un testigo dice que el acusado de homicidio no continuó la agresión tras dar el puñetazo
Un testigo del homicidio que tuvo lugar en marzo de 2019 en Yuncos (Toledo), por el que están siendo juzgados en la Audiencia provincial dos acusados -el presunto homicida y un amigo por conducción temeraria-, ha dicho este martes que tras el puñetazo propinado a la víctima en el marco de una discusión de tráfico, el acusado se marchó y no continuó la agresión.
En la segunda sesión del juicio con jurado popular que ha dado comienzo este lunes, en el que la fiscal y la acusación particular piden 15 años de cárcel para el acusado de homicidio doloso, han tenido lugar las declaraciones de los dos acusados y de diferentes testigos así como de los forenses que practicaron la autopsia a la víctima, que murió 21 días después en el Hospital 'Virgen de la Salud' de Toledo.
Hasta cinco testigos, entre trabajadores de la víctima y de un taller cercano, han pasado por la Sala este martes y en la mayoría de los casos han coincidido los testimonios, de manera que han sostenido que el acusado de homicidio se bajó de su coche y se "encaró" con la persona que cruzó la calzada, que empezaron a salir otros trabajadores del taller de al lado que trataban de "calmar" la situación y que el otro procesado se subió en su coche y tuvieron que retirarse ante la embestida.
Sin embargo, han opinado que la intención de éste era asustarlos porque si hubiera querido atropellarlos, "lo hubiera hecho".
No todos fueron testigos directos del puñetazo que recibió la víctima, pero los que sí estaban más cerca de la escena han expresado que el fallecido estaba mirando a otro lado en el momento de la agresión y que una vez recibido el golpe, cayó al suelo, se dio con la cabeza, y comenzó a sangrar. AGENCIAS