Susana Piqueras, activista LGTBI de Albacete: "la Ley Trans es un gran paso pero deja fuera a menores y no binarios"

"La Ley LGTBI es un gran paso" pero "deja fuera puntos importantes"

Susana Piqueras se presenta a esta entrevista con CMM Digital como mujer feminista y transexual de Albacete. Nació hace 47 años y es activista "desde que tengo uso de razón", declara. Aunque fue a los ocho años cuando comenzó su batalla personal por ser reconocida por lo que es, "le pese a quien le pese", apostilla.

Esta albaceteña reconoce que "la Ley LGTBI es un gran paso" pero lamenta que "deje fuera puntos importantes y fundamentales" como "los menores, personas extranjeras y no binarias".

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Además, reconoce que esperaba que la nueva ley contemplara una cartera sanitaria que proteja al colectivo trans. "Hay muchos profesionales que cuando nos tratan nos saben cómo actuar", explica.

Además, Susana recuerda que "el 85% de las mujeres transexuales son extranjeras" y la mayoría, "se dedica a la prostitución". "Por mi experiencia como activista, te puede asegurar que ellas sufren trata y maltrato". Susana lo sufrió en primera persona. Con 16 años y tras años de abusos e incomprensión, dejó a su familia y vida en Albacete para marcharse a Alicante. "Allí, ejercí la prostitución, el espectáculo. Fue un mundo que no me gustó y gracias a Dios, pude salir sin ayuda de nadie ", confiesa. (3:16).

"Me costó mucho, muchísimo acceder a un puesto laboral normal y lo conseguí porque personas extranjeras, que tienen otra mentalidad, me dieron esa oportunidad".

Susana trabajó de todo: para las monjas, recogiendo naranjas... Todo ello, ocultando su transexualidad. Hasta que a los 23 años, "di con un señor alemán que me metió en su restaurante y vio que algo no funcionaba", " hablo conmigo y con la plantilla y ahí fue cuando Susana realmente empezó a nacer".

Su tránsito, empezó de forma natural, en los años ochenta. Época en la que el único referente para el colectivo Trans era Vivi Andersen.

"Entonces, no había la visibilidad o la pedagogía que hay hoy", aun así "los menores tienen los mismos problemas" para que se les reconozcan sus derechos.

Hoy esta albaceteña ya tiene tiene casi todo su transito hecho. Casi 40 años después de que "mi propio cuerpo empezara a cambiar solo, sin bloqueadores ormonales ni operaciones ".  "Me empezaron a crecer los pechos y las caderas", explica. "Mi madre empezó a darse cuenta de que mis genitales dejaron de crecer y se preocupó". Los médicos decían que tenía problemas psicológicos y retraso infantil. Fueron unos endocrinos de Madrid quienes dieron en el clavo.

"Lo que le pasa a su hija no es un problema mental, lo que le pasa es que es una persona transexual", le dijeron a su madre.

Susana recuerda que su "desarrollo con 13 o 14 años fue un escándalo en Albacete". "Mi familia no lo entendía, tenía un nombre, un apellido y empezaron los rechazos y tuve que coger la maleta e irme a Alicante y después a Benidorm". Por su condición, tuvo que dejar atrás su tierra, a la que volvió hace diez años. Regresó con una maleta muy pesada, también de desgracias. Sufrió once años de maltrato de una pareja a la que conoció durante su tránsito, realizado en Altea. "Toda mi vida estaré muy agradecida a este pueblo porque me dio todo el cariño que Albacete no me dio", lamenta. (9:23)

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Esta activista que lucha "porque los que vengan detrás, no tengan que pasar por lo que pasé", cree que hace falta más pedagogía y protección de los transexuales . "Nosotras, como mujeres transexuales, estamos fuera del maltrato de la mujer por género", señala. "Ahora mismo, si estoy casada con mi marido, por mucho que tenga los documentos cambiados,  no se me protege como mujer maltratada", explica.

A pesar de la aprobación de la Ley LGTBI estatal y la futura ley regional, "hay mucho por lo que trabajar y luchar".

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Susana no entiende que en el año y medio de diálogo entre colectivos Trans y Gobierno de coalición, "al final hay muchos puntos que se quedan en stand by y que son necesarios para las personas transexuales".

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Entre ellos, por ejemplo, reivindica tratamientos hormonales recetados por Sanidad y atención médica especializada", explica, porque  "llevamos casi un mes y medio sin hormonas" y las que  mandan "son tan agresivas que pueden causarnos trombos", explica con preocupación.