La semana próxima se podría mover el ganado vivo de las explotaciones a cebadero

Casi un mes y medio después de la inmovilización del ganado ovino en cuatro provincias de Castilla-La Mancha para frenar la viruela ovina, el sector podría volver a la esperada normalidad. 

Si los últimos controles al ganado por la viruela ovina, que se conocerán este viernes, siguen arrojando resultados negativos la semana que viene "se recuperará el movimiento de ganado vivo de las explotaciones a cebadero". Lo ha avanzado el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo,  este mediodía en Albacete.

El consejero ha hecho este anuncio a los periodistas en la presentación de una nueva campaña de publicidad de queso manchego.

Martínez Arroyo ha expuesto que desde que el Gobierno regional estableció la inmovilidad del ganado en toda la región excepto Guadalajara "todos los controles que se han enviado al laboratorio de referencia han sido negativos".

Ha precisado que si los de este viernes son negativos los técnicos de la Consejería aconsejan que se produzca ya el movimiento de ganado vivo.

El presidente de la DOP Queso Manchego, Antonio Martínez Blasco, ha anunciado que el Consejo Regulador de esta Denominación de Origen va a habilitar una ayuda de 500.000 euros, a fondo perdido, para los ganadores que han visto perdidas sus cabañas por la viruela ovina.

Se ha mostrado convencido de que esta ayuda contribuirá "a mantener las ganaderías y esta forma de vida rural que tenemos en Castilla-La Mancha". 

¿Cuándo habrá normalidad?

Se prevé que será este mismo viernes, 17 de marzo, cuando la consejería de agricultura reciba los resultados definitivos de los muestreos, que determinarían el levantamiento de "algunos movimientos", no todos. 

Jorge Jaramillo explica que, si finalmente esto sucediera, en las cuatro provincias en las que aún están vigentes las restricciones de movilización, se permitiría la salida de explotaciones ganaderas de animales a los cebaderos, bajo medidas de bioseguridad. 

"Una vez entren en los cebaderos, deberán permanecer un mínimo de 30 días antes de ser sacrificados", asegura.

La excepción serían las zonas en las que se produjeron los focos de viruela, que seguirían manteniendo las restricciones por precaución..