La lucha del "bien y el mal" que ha ganado más reconocimientos para Camuñas
Es una fiesta para todos los sentidos. Desde las diez de la mañana en torno a la iglesia se empiezan a escuchar los primeros disparos al aire y abucheos. Es solo el principio de un día grande en el que también se escucharán gritos y otros sonidos como los de los instrumentos antiguos. El de Camuñas es un Corpus muy colorido, diferente y peculiar. Rodeado de connotaciones religiosas, en él se trata de escenificar la lucha del bien contra el mal en una representación en la que la custodia tiene protagonismo, pero se ve rodeada por dos bandos de hombres, en esta fiesta que se podría remontar al siglo XVI no toman parte las mujeres, están vestidos con capas y caretas.
Durante estos días previos y este día grande, Camuñas se divide entre Pecados y Danzantes. Una antigua tradición que tiene la distinción de fiesta de Interés Turístico Nacional.
La jornada comienza antes de la misa de la mañana con un recorrido en el que se recoge al párroco y a las autoridades.
En la misa, los “Pecados” son los únicos que se quedan a las puertas del Templo, y al término de la eucaristía da comienzo la procesión.
En la Plaza del Reloj comienza la ofensiva de los “Pecados” que quieren ganar al Mal. Un disparo anuncia la llegada de uno de los personajes principales: “La Pecadilla”. Parece buena, para engañar a los “Danzantes”, pero la parte superior de su vestimenta revela su maléfica misión. Después de la Pecadilla viene el “Pecado Mayor”. Vestido negro y su careta de cerdo simboliza al demonio. De ahí que emita un horrible aullido acompañando a su ataque. El resto del grupo representa a las fuerzas malignas y los pecados del mundo.
“El Correa” se encarga de anunciar el fin de la batalla. Los Danzantes comienzan a “Tejer el cordón”. Desde aquí arranca la procesión que recorre prácticamente todas las calles de la localidad. El próximo domingo 18 de junio será la segunda representación de esta eterna lucha de los "vicios contra las virtudes".