SEQUÍA
La paradoja de Campillo de Ranas (Guadalajara): junto a cuatro embalses y con restricciones de agua
Su alcalde afirma que la escasez hídrica está afectando al desarrollo del entorno, donde la ganadería, el turismo y la celebración de eventos son un revulsivo económico
Los vecinos de Campillo de Ranas (Guadalajara) y sus pedanías se suman a los pueblos que han impuesto restricciones de agua frente a la carestía y la situación, alertan, podría ir a peor: un bando del Ayuntamiento informa de posibles cortes de suministro entre las 11 de la noche y las 8 de la mañana a partir del viernes si la situación de los depósitos no mejora.
Así lo ha comunicado el Consistorio a través de un bando, en el que pide a los vecinos "tomar conciencia" limitando el consumo y dando prioridad al uso doméstico. En esta línea, la autoridad local prohíbe llenar piscinas, lavar coches y regar praderas o huertos por inundación.
La situación afecta a los vecinos de Campillo y sus pedanías, pero también al sector ganadero y turístico, que cuenta con 22 casas rurales y varios restaurantes en este enclave de la Tejera Negra que lleva tiempo capeando una sequía que, en verano, se complica por diversas razones.
Cuatro embalses que no alivian la situación
Las restricciones siempre son un varapalo para la zona, pero aún más si se tiene en cuenta que en el entorno de Campillo de Ranas hay cuatro embalses de la Sierra Norte: Alcorlo, Beleña, el Vado y el Pozo de los Ramos. Así lo ha denunciado el este miércoles el alcalde Francisco Maroto (PSOE), quien recibe las quejas de los vecinos de manera directa.
Maroto asegura que entiende el malestar, pero pide reformas estructurales a Aguas de Castilla-La Mancha para afrontar la situación: "no se puede tener a los alcaldes todos los años, y con razón, contra el paredón de los vecinos porque quien tiene y debe hacer instalaciones de agua para garantizar el abastecimiento no las hace". Así, ha añadido que tenían que "prever la gestión de todas las instalaciones hidráulicas para que todos los ciudadanos de la región tengamos agua en las mismas condiciones".
Sequía, población e infraestructuras detrás de la carestía de agua
A la falta de precipitaciones se suma el incremento de la población durante los meses de verano, cuando la localidad de unos 60 habitantes multiplica por cuatro o cinco su población hasta septiembre.
La falta de agua, especialmente en verano, no solo impacta en el día a día de la población estable y la flotante, sino también en la economía, la ganadería y el desarrollo económico de los pueblos que cuentan con casas rurales y empresas de eventos, que son un revulsivo económico para la Tejera Negra.
El alcalde del municipio considera que los camiones cisterna son una ayuda, pero que insuficientes para atajar el problema. Por eso, pide "una estación potabilizadora como la que hay en Mohernando"; una obra costosa, reconoce, pero "más necesaria que la fibra óptica porque sin ella no se puede vivir".